El primer Héroe del Trabajo de la República de Cuba, Reinaldo Castro Yedra, no escondió la emoción que le provocara la sorpresiva visita del miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Esteban Lazo Hernández, que no quiso perderse la oportunidad de felicitarlo en su 79 cumpleaños.
El Presidente de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado llegó hasta el Centro de Convenciones de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en las afueras de la ciudad de Matanzas, para compartir con el legendario machetero, nacido el 2 de enero de 1941, en la finca Los Indios, en el matancero municipio de Calimete.
Osmar Ramírez Ramírez, secretario general de la CTC en esta occidental provincia, comentó a Trabajadores la amena charla sostenida por Lazo y Reinaldo, en presencia de varios veteranos dirigentes del movimiento sindical, algunos de los cuales tuvieron el privilegio de ocupar relevantes cargos en momentos cumbres de la trayectoria de Castro Yedra.
Ramírez dijo que se ha vuelto una muy especial costumbre de la CTC festejar los onomásticos de un hombre que constituye el más tácito ejemplo de laboriosidad y de consagración. “Siempre es muy bueno compartir con él, para beber de sus enseñanzas”, agregó.
Las primeras fotos del encuentro entre el presidente del Consejo de Estado y el Héroe del Trabajo aparecieron en la página de Facebook de Mario Sabines Lorenzo, vicepresidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Luego de desearle muchas felicidades, Florángel Fernández Abreu, secretaria general del Sindicato Provincial de Trabajadores Azucareros, expresó el orgullo de contar con el primer Héroe del Trabajo de la República de Cuba, que con su sabiduría y mente lúcida, en cada encuentro siempre les enseña algo nuevo.
Reinaldo Castro ha trascendido como e l mejor cortador de caña de la Mayor de las Antillas. Fue en la Primera Zafra del Pueblo cuando el nombre comenzó a sonar. Se dice que nadie podía creer en su habilidad para cortar y alzar a mano casi 2 mil arrobas de caña en nada más y nada menos que en una jornada de trabajo.
La desconfianza despertada por la duda de que un ser humano pudiera hacer esa hazaña, lo obligó a desplazarse a varias regiones del país para mostrar su destreza en diferentes competencias.
En una reciente entrevista, Castro Yedra confesó que nunca disfrutó más sus dotes de buen machetero que en las seis o siete ocasiones en que Fidel lo acompañó en el corte de caña. La primera vez fue en unos campos muy cerca de Limonar. Entonces, relató, yo estaba en muy buena forma y la jornada fue significativa además porque el Comandante en Jefe invitó como a 60 diplomáticos, quienes siguieron con mucha atención aquel corte inusual.
Narró que “como buen contendiente y deseoso de progresar en el arte de tumbar caña, Fidel se interesaba por el volumen de plantaciones que yo juntaba para cortar de una sola vez, y la manera en que agarraba y tiraba el machete. Por eso yo he dicho, medio en broma, medio en serio, que él aprendió a cortar caña conmigo”.
Aseguró Reinaldo que, en reciprocidad, el “Comandante en Jefe me enseñó muchas cosas y propició que un pobre trabajador, que no sabía ni leer ni escribir en 1959, llegara a alcanzar la dignidad plena como hombre y consiguiera la más alta estimación de sus compatriotas”.