Tokio.— Por vez primera en la historia, una ciudad está lista para acoger los Juegos Olímpicos con siete meses de adelanto. Así lo percibimos y lo confirmó Kentaro Kato, director de redes y comunicación del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos 2020, quien explicó lo hecho hasta el momento para cumplir la máxima que animó la campaña inicial: “El deporte tiene poder para cambiar el mundo y también nuestro futuro”.
Tras fracasar en el intento de organizar la cita cuatrienal del 2016 no desmayaron en la idea. Un dato ilustra lo hecho en el tema comunicativo. Antes de la edición Londres 2012 el interés popular por ser sede olímpica era del 47 %, sin embargo, tras la actuación allí (séptimo en total de medallas y décimo en títulos) cerca del 70 % de la población aprobó la propuesta para el 2020.
Kato abordó los tres pilares fundamentales que sustentan el apoyo. Primero, lograr que las personas involucradas (voluntarios, atletas, etc) logren sus propósitos. Segundo, crear una ciudad universal, abierta y diversa (donde se puedan mover con facilidad los atletas con discapacidad) y tercero, trabajar en la educación a los niños (en las escuelas primarias y secundarias están impartiendo clases sobre los antecedentes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos).
En cuanto a la incorporación o retorno de algunas disciplinas: béisbol, sóftbol, kárate, escalada deportiva y skateboarding (monopatín), el directivo precisó que escogieron los dos primeros por la alta popularidad en la nación asiática y el tercero por la tradición. Las dos últimas servirán para atraer a la juventud. “Ya en muchos lugares, incluso en parques, los niños practican la escalada y hay colegios que enseñan esa modalidad”, dijo.
Mascotas, voluntarios y medallas
Miraitowa y Someity son las mascotas para la justa olímpica convencional y paralímpica, respectivamente. Sin embargo, lo más novedoso estuvo en todo el proceso para llegar a ellas.
Kato lo resumió. “Los expertos en diseño y personas importantes seleccionaron tres tipos de mascotas, pero después se sometió a consulta con los niños a partir de que eligieran la que más le representaba a Japón y pudiera tener un impacto en el mundo. Cada escuela tenía un voto. El 80 % de las primarias de todo Japón y en varias partes del mundo votaron. Ese proceso aumentó la expectativa y la importancia de los Juegos para los pequeños”.
En cuanto al tema de los siempre necesarios voluntarios, comentó que aunque allí es muy popular ese tipo de ofrecimiento para terremotos, desastres naturales y tsunamis, no tenían antecedentes para un evento deportivo, pues es totalmente gratis ese trabajo. A pesar de eso, en la convocatoria inicial se inscribieron 200 mil personas, casi el 30 % extranjeros, y escogieron unos 80 mil de 45 lugares de todo el país.
Pero lo más asombroso en todo el período de organización ha sido la confección de las casi 5 mil medallas que se repartirán. Lo normal es que el país compre el oro, la plata y el bronce para producirlas. La idea nipona fue crearlas de los recursos usados. Lanzaron la campaña de donar materias primas, pero a partir de computadoras rotas, móviles usados y otros efectos electrónicos.
“Al principio los medios de comunicación nos criticaron mucho porque decían que lo único que estábamos reuniendo era basura. Colocamos cajas en todas las oficinas de correo, en escuelas, ayuntamientos y poco a poco, en marzo de este año, tras dos años de campaña, logramos todas las materias primas necesarias para hacerlas”, indicó el directivo.
Casi al final de la entrevista, le preguntamos por algún adelanto del secreto mejor guardado: la ceremonia inaugural el 24 de julio del 2020 en el remodelado Estadio Olímpico Nacional. Kato no se perturbó y fue sintético: “Es secreto porque queremos dar la sorpresa a todo el mundo. Estamos diseñándola bajo ocho temas: paz, convivencia, recuperación de desastre, Japón, Tokio, deportistas, compromisos e ilusiones”.
Solo resta esperar que salga el Sol naciente, Sol olímpico.
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