Camagüey.— Boxeo en estado puro adorna la 58 edición del Torneo Nacional Playa Girón. Es la Sala Rafael Fortún escenario de una “guerra de trincheras”, que subraya el oficio de la vieja guardia y aplaude el apetito de la voraz nueva generación.
Aunque aún hay tiempo para emboscadas, pocos especialistas dudan de otro descorche feliz de la selección anfitriona (persigue su novena corona consecutiva). Su sobrada jerarquía pesa como una condena para el resto de los contrarios: Guantánamo, Sancti Spíritus, La Habana, Santiago de Cuba y Pinar del Río, que parecen tener definida la idea de que su meta decisiva será la disputa por el segundo y tercer escaño.
A nivel individual todos los púgiles andan con la “bayoneta calada”. ¿La razón? Las autoridades pertinentes anunciaron que de la contienda emergerá la nueva preselección cubana.
Del grupo saldrá la escuadra que entre el 24 de marzo y el 5 de abril del próximo año batallará en la lid continental de Argentina por los pasaportes a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Aprovecho este parte de “guerra” para comentarles que Arlen López (75 kg) y Julio César La Cruz (81 kg) “permutaron” por cuestiones de estrategia hacia los 81 y 91 kg, respectivamente. Si el “experimento” saca buena nota, defenderán así la causa patria en los próximos certámenes de rigor. No obstante, no se frote las manos ante un cercano duelo entre La Cruz y Erislandi Savón, pues el oriental se recupera de una lesión en su mano izquierda.
Tampoco desenvainó intenciones Lázaro Álvarez, lastimado en el muslo derecho. Su ausencia garantiza algo de suspenso en los 60 kilos, si bien las mandíbulas del espirituano Darielki Palmero y el guantanamero Rafael Joubert podrían capturar el mejor bocado.
Si de emoción se trata los 52 kilos ya complacen los paladares más exigentes. El feroz Damián Arce y un puñado de peligrosos aspirantes intentan sitiar el reino de Yosbany Veitía.
Este domingo Osvel Caballero (57 kg) debutó sin contratiempos. El titular de Lima 2019 desenvainó swines que no dan tiempo ni a pedir confesión, y quebró en el tercer round al capitalino Elio Crespo
Dainier Peró (+91 kg) alegró al graderío a costa del habanero Carlos Castillo. El mandamás de la cita peruana lidereó las acciones, pero su adversario mostró interesantes argumentos. Tal vez en el venidero ciclo olímpico tenga mayor protagonismo.
Al cierre de esta edición peleaban por su “vida” sobre el encerado Roniel Iglesias (69 kg) y Arlen. Sin duda, en sus guantes casi siempre se lee la palabra favorito, pero recuerde que aquí en algunas categorías se combate por más que un reino.
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