Desde entonces, este día, los defensores de la cobertura de salud universal alzan sus voces para contar las historias de millones de personas que aún esperan por un servicio médico, defender lo logrado hasta el momento, pedir a los dirigentes que realicen inversiones mayores y más acertadas en la esfera de la salud, y contribuir a acercar al mundo a una protección total para 2030.
En ocasión de la efemérides el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Gutérres, exhortó a los líderes a que cumplan la promesa y garanticen que la salud para todos sea una realidad en todas partes.
‘Si bien más personas que nunca acceden a servicios esenciales de salud, aún son demasiadas las que no. Es inaceptable e injusto que la mitad de la población mundial siga sin tener acceso a esos servicios esenciales y que 100 millones de personas se vean arrastradas hacia la pobreza extrema cada año debido a los costos de la atención sanitaria’, aseguró.
Insistió en su mensaje en que ‘la cobertura de salud de una persona nunca debe depender de su patrimonio, ni de donde viva’.
‘Al avanzar hacia el logro de la salud para todos, debemos dar prioridad a las necesidades de las personas más vulnerables y más rezagadas, aumentando la inversión pública en sistemas resilientes de atención primaria, incluida la salud mental.
También debemos reconocer la carga cada vez mayor que la contaminación y la crisis climática imponen a la salud y a los sistemas de atención sanitaria’, ponderó Guterres en el texto.
La cobertura sanitaria universal es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y un plan necesario para mejorar el futuro de las personas y el planeta, por lo que debe reafirmar el principio de salud para todos como inversión en humanidad, bienestar y prosperidad.
En tal sentido, debe aumentar la preocupación y ocupación respecto a contar con sistemas de salud sólidos y resilientes, y una cobertura sanitaria universal con múltiples partes asociadas y no vincular este sector a modelos económicos neoliberales ni a compromisos y políticas que despojan a las comunidades de médicos y atención primaria de salud como ocurre hoy en Brasil, Ecuador y Bolivia.
Por eso, el tema de esta jornada es Mantén la promesa, para lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el Pacto 30-30-30 que persigue: transformar los sistemas de salud para el 2030, eliminar las barreras de acceso en un 30 por ciento como mínimo, y catalizar la transformación necesaria con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030.
Tales empeños de la OMS no tienen otra meta que cambiar la situación actual de la mitad de la población mundial que carece de acceso integral a los servicios sanitarios básicos, al igual que la de casi 100 millones de personas sumidas en la pobreza extrema y que tienen que pagar su asistencia médica y sanitaria.
Otro tanto se aspira para los más de 800 millones de seres humanos que gastan al menos un 10 por ciento de su presupuesto familiar en pagar servicios de salud o los cerca de 400 millones que no tienen acceso a servicios sanitarios esenciales.
Solo en los países de las Américas tres de cada 10 personas no acceden a la atención de salud por motivos financieros, y dos de cada 10 no buscan atención médica por barreras geográficas.
Para mejorar ese panorama es importante contar con una porción del producto interno bruto (PIB) en salud que alcance o supere el seis por ciento.
Como promedio las naciones de la región asignan un 3,8 por ciento de su presupuesto nacional a este sector.
Por tanto, para que los países avancen en el camino hacia la salud universal es necesaria una firme determinación política.
De ahí el llamado a líderes y decisores a trabajar para que todas las personas, en todas partes, puedan tener acceso a servicios de salud de calidad sin tener que soportar una carga financiera.
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