Dominica, pequeña isla miembro de la Comunidad del Caribe, dio un ejemplo de democracia y soberanía tras las elecciones en las que fue reelegido como primer ministro, Roosevelt Skerrit, del Partido Laborista (PLD). Y como si no bastara, dio una estacada a la Organización de Estados Americanos (OEA), cuyo secretario general, Luis Almagro, pretendió hacerse juez y parte de los comicios dominicos, en repetición del golpe de Estado en Bolivia.
Desde antes, Almagro había cuestionado las leyes de la nación caribeña e incluso había expresado simpatías por el candidato opositor Lennox Linton, quien a pesar de haber promovido la violencia en esa pacífica ínsula, dependiente del turismo internacional, perdió por amplia raya.
El esquema probado con éxito en Bolivia naufragó en aguas caribeñas. El líder opositor, y perdedor, desconoció los resultados electorales, pero la abrumadora diferencia en las papeletas, en las que Skerrit sumó el 80 %, terminó por imponerse.
Prueba del fracaso, Almagro incluido, es que tras las cifras contundentes obtenidas por el candidato del PLD, Dominica retomó el horario normal de los cruceros y los vuelos internacionales; y se sofocaron los focos de desobediencia civil estimulados por la oposición, que incluyeron quema de locales y saqueos, acciones vandálicas similares a las que tuvieron lugar en Bolivia y que finalmente sacaron de la presidencia a Evo Morales con la activa participación de un informe fantasma de la OEA.
Skerrit fue firme al respecto. El ministerio de colonias —como le llamó el excanciller cubano, Raúl Roa a la OEA— no tenía plato servido en la ínsula dominica, donde por 40 años han elegido a sus autoridades con apego a sus propias leyes.
El mandatario recurrió además a acuerdos regionales de seguridad mediante los cuales policías de naciones caribeñas fueron garantes de la seguridad de los comicios sin necesidad de reprimir a nadie.
De acuerdo con el primer ministro de San Vicente y Las Granadinas, Ralph Goncalves, la OEA y Almagro son enemigos de las fuerzas democráticas y progresistas del continente, como lo ejemplifican sus declaraciones injerencistas sobre Venezuela, Cuba y Bolivia.
En las elecciones generales dominicas, los candidatos del PLD ganaron 17 de los 21 distritos electorales, para renovar a los miembros de la Cámara de la Asamblea en Dominica. En ese país la organización política que obtenga más curules en el Parlamento nombra al Primer Ministro.
Skerrit consiguió enseguida reconocimiento internacional. Cuba fue de los primeros en expresarlo. El presidente Miguel Díaz-Canel así lo suscribió en su cuenta de Twitter: “Nuestra felicitación por su victoria en las elecciones al Primer Ministro de la Mancomunidad de Dominica, Roosevelt Skerrit. Continuaremos trabajando en el fortalecimiento de nuestras relaciones de amistad y cooperación con esta hermana nación del Caribe”.
Cuba y la Comunidad del Caribe celebran este mes 47 años de relaciones. Al respecto el gobernante cubano también subrayó: “Las pequeñas naciones del Caribe, con su política soberana y digna fueron pioneras en abrir sus brazos a Cuba cuando el imperio exigía aislarnos”.