Buenos Aires, Argentina.- Silvio y sus cantares; Argentina y su hermandad; Cuba y sus esencias… hilos conductores de una tarde cargada de emociones, donde el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, compartió junto a unos 800 amigos argentinos de la solidaridad en un mágico encuentro, que tuvo lugar en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires.
Un acto entrañable y emotivo, como lo calificara Díaz-Canel, en el cual confesó sentirse muy emocionado al “estar por fin, por primera vez, en Argentina y con amigos argentinos”. Insoslayables motivos hacen de esta una visita con sentimientos a flor de piel a cada paso, porque para “los cubanos esta es una nación a la que profesamos especial cariño, prácticamente desde que nacemos”. Quizás esa primera empatía –dijo- viene de los sonidos del tango, que desde siempre ha tenido sus espacios en casi todas las emisoras de Cuba.
Pero hay una razón más profunda que marca los destinos de ambos pueblos. “Aquí nació el Che, que también fue declarado cubano por nacimiento, excepcionalidad que solo comparte en nuestra historia con el Generalísimo Máximo Gómez, extraordinario militar dominicano que llegó a ser General en Jefe de las tropas mambisas en nuestras guerras de independencia”.
Toda una historia se ha ido escribiendo luego para hacer “inseparables nuestros sentimientos, desde todos los compañeros que arrastró el Che consigo en la construcción de nuestros sueños de justicia social en los años fundacionales; pasando por el dolor compartido por los 30 000 desaparecidos; las luchas de las abuelas y madres de Plaza de Mayo; la pasión por el fútbol, Maradona y su amistad personal con Fidel; lo mejor del cine latinoamericano y del rock en español, hasta llegar a Néstor y Cristina, cuyo legado cristaliza ahora en el triunfo de Alberto”.
Como diría León Gieco: “todo está guardado en la memoria”.
Y mañana – aseveró- cuando el amanecer de Argentina sea más luminoso y lleno de esperanzas, Cuba estará con ustedes.
En sus palabras también la evocación constante a Fidel, cuyo legado ha calado hondo en el pueblo argentino, que desbordó amor y atenciones en cada una de sus visitas a la nación sudamericana. De manera especial el Jefe de Estado recordó la estancia del Comandante en Jefe en el 2003, “con igual propósito que nosotros hoy, participar en una histórica toma de posesión, en aquella ocasión, la de Néstor”.
“Aquel era un contexto muy similar al que vivimos hoy. El pueblo argentino saludaba con alegría y esperanzas la llegada de Néstor a la Presidencia. El país todavía estaba enormemente endeudado y sumido en una profunda crisis, en tanto Cuba era amenazada por el Gobierno belicista del entonces presidente George W. Bush, empeñado en atacar lo que definió como ‘oscuros rincones del mundo’, entre los cuales nos incluía, al mismo tiempo que arreciaba el bloqueo”, evocó Díaz-Canel.
Sirva esta rememoración –afirmó- para reiterar aquí que: ¡el pueblo cubano tampoco se dejará amedrentar esta vez por la actual administración estadounidense!
Y así, en un discurso enaltecedor y valiente, orgullo para Cuba y esencia del actuar cotidiano de nuestra Revolución a lo largo de más de 60 años, el Presidente Díaz-Canel trajo a los amigos palabras de compromiso, pero también de denuncia ante agresiones neoliberales e innumerables intentos por desestabilizar nuestra región.
Un discurso para la reafirmación y la amistad, donde una vez más quedó claro a imperialistas y oligarcas que “no hay fuerza en este mundo que pueda separar a Cuba y Argentina”.
Una tarde de emociones, donde las palabras de los amigos dejaron huellas profundas y en la dulce voz de Eugenia Méndez, una de los más de 29 mil 600 médicos que ha graduado la Escuela Latinoamericana de Medicina y miembro del movimiento de solidaridad argentino, renacieron historias de hermandad y compromiso, de amor hacia una nación que la acogió como hija y a la cual ella considera su segunda Patria.
Fidel fue “verbo” común en el encuentro, definió el diputado Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina. Porque sin su sabiduría y empuje nada de lo que hoy defendemos habría sido posible; porque fue él quien hizo de Cuba más que un país un símbolo de las luchas contra la injustica y por el Socialismo.
Además, consideró como un momento de esperanza el que vive actualmente su país “con la asunción de Alberto y Cristina; un momento de esperanza que tuvo como preludio cuatro años de resistencia, donde la Argentina estuvo arrastrada por un Gobierno neoliberal”.
A Cuba agradeció luego por “el mandato histórico que supo llevar adelante” y aseguró que este encuentro es también una manera de renovar la convicción de seguir apostando por hacer crecer los lazos que nos unen.
Con la interpretación de “El Necio” –canción de Silvio Rodríguez convertida en himno de resistencia- culminó el entrañable encuentro, devenido en canto a las luchas de los pueblos, en certeza de que morir defendiendo nuestros principios es también una manera de vivir en Nuestra América.
(Tomado de presidencia.gob.cu)