Este miércoles, a tres años de que fueran depositadas las cenizas del Comandante en Jefe Fidel en la piedra que las atesora, en el cementerio de Santa Ifigenia de la ciudad santiaguera, una representación del pueblo de esta tierra heroica rinde honores al líder amado.
El peregrinar de santiagueras y santiagueros inicia cada 4 de diciembre, al filo de las siete de la mañana, desde la plaza de la revolución Antonio Maceo hasta el camposanto patrimonial, tramo final de la ruta seguida por el armón que condujo la urna de cedro con los restos mortales de Fidel desde La Habana hasta Santiago de Cuba.
La marcha se va convirtiendo en tradición que suma cada vez más personas: hombre, mujeres, niñas, niños, adolescentes, ancianos, nacionales, extranjeros… una multitud de agradecidos que convierten el gesto otro modo de honrar a quien es símbolo de cubanía, resistencia, batallas y victorias.
En las manos de los que apuran el paso para honrar a Fidel hay flores de todo tipo para depositarlas muy cerca del monolito que ocupa espacio en el llamado Altar de la Patria, sitio del cementerio de Santiago de Cuba en el que se alinean las tumbas de otros paradigmas de la libertad de la nación: José Martí, Héroe Nacional, Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria y Mariana Grajales, Madre de la Patria.
Desde el pasado 4 de diciembre de 2016 más de un millón 800 mil personas de Cuba y varias naciones del mundo han pasado frente a la roca horadada en la que se colocaron las cenizas del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, simbólico espacio para atesorar los restos mortales de quien aún ausente físicamente hace realidad las palabras del Apóstol de la independencia cubana: toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz.