Ofrendas a título del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Presidente de la República Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, fueron depositadas junto a la tarja que recuerda la heroicidad de Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, caídos en medio del fragor del combate protagonizado en la Loma del Intendente, escenario principal del alzamiento armado de la ciudad santiaguera el 30 de noviembre de 1956.
A la memoria de ellos también se colocaron allí arreglos florales en nombre del pueblo de Cuba y de sus familiares, gesto que en este aniversario 63 de la épica hazaña, realizada en apoyo al desembarco del yate Granma, aviva la significación del levantamiento revolucionario liderado por Frank País y fraguado junto a él por Fidel Castro.
Una representación del pueblo de la ciudad de Santiago de Cuba, que aquel día de 1956 vio vestir por primera el uniforme verde olivo, se dio cita en la Loma del Intendente y en áreas de la Aduana y el puerto Guillermón Moncada, otro de los sitios donde se desarrollaron acciones armadas contra efectivos de la dictadura de Fulgencio Batista.
En ambos lugares, con el protagonismo de las nuevas generaciones y en reafirmación de continuidad, se dedicaron poemas, canciones y oratoria a quienes a pesar de la feroz represión dictatorial optaron por empuñar las armas para ver libre a la patria amada.
Presentes en la remembranza de los acontecimientos las máximas autoridades del Partido y el Gobierno en la provincia, el Héroe del Trabajo Lázaro Expósito Canto, y la vicepresidenta del Consejo de Estado Beatriz Johson Urrutia, respectivamente, ambos miembros del Comité Central, además de dirigentes de organizaciones de masas y miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
La ocasión fue propicia para la entrega del carné que los acredita como militantes del Partido Comunista de Cuba a un grupo de santiagueros y santiagueras.