Los autores del informe señalan que muchos países de ingreso mediano o mediano alto disponen de capacidad interna para generar recursos con los cuales financiar un nivel mínimo de protección social.
Sin embargo, añadieron, si se desea lograr la cobertura universal para 2030, se necesitarán cantidades sustanciales de ayuda externa para el desarrollo que permitan subsanar el déficit de financiación en los 28 países de ingreso bajo investigados.
El informe reveló que los países de ingreso bajo tendrían que gastar el 5,6 por ciento (27 mil millones de dólares al año) de su Producto Interno Bruto (PIB) para cubrir el déficit.
Asimismo, los países de ingreso mediano-bajo, deberían destinar el 1,9 por ciento del PIB (136 mil millones de dólares al año), mientras que los países de ingreso mediano alto tendrían que gastar el 1,4 por ciento de su PIB (365 mil millones).
Las opciones de política para generar la financiación necesaria expuestas en el informe incluyen, entre otras, el aumento de los ingresos fiscales, la ampliación de la cobertura y las cotizaciones a la seguridad social, el aumento de la asistencia oficial para el desarrollo y la eliminación de los flujos financieros ilícitos.
‘Promover la extensión de la cobertura de la seguridad social contributiva a los trabajadores de la economía informal en los países donde el desarrollo del seguro social sigue siendo insuficiente, generaría ingresos equivalentes al 1,2 por ciento del PIB de esos países’, dijo Fabio Duran-Valverde, Jefe de la Unidad de Finanzas Públicas.
La protección social desempeña un papel central en las iniciativas puestas en marcha para alcanzar en 2030 las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, entre otros, los relativos a la pobreza, la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, apostilló el reporte de la OIT.