Naproxeno, dipirona, nutriforte, sales de rehidratación oral, alprazolán… son medicamentos que tal vez usted, un amigo o un familiar necesiten y no siempre encuentren en la red de farmacias del país a pesar de ser de producción nacional, buena parte de ellos en Laboratorio Farmacéutico Oriente, de la ciudad de Santiago de Cuba.
Saber que es así deviene espada de Damocles sobre los más de 700 trabajadores de esa entidad, perteneciente a Biocubafarma, quienes tienen que enfrentar las limitaciones con la llegada de las materias primas, problemas con la tecnología y el acceso a piezas de repuesto, o la falta de financiamiento para agilizar las inversiones previstas.
“Y en este 2019 la situación ha sido más difícil y complicada de lo habitual”, comenta Jorge Boch Escobar, quien con 37 años de trabajo ha sido testigo del despegue de LBF como empresa estatal socialista con resultados de excelencia, esos que le valen para ser la sede nacional de Biocubafarma por el Día del Farmacéutico Cubano.
“El recrudecimiento del bloqueo, con la activación del Título III de la Ley Helms-Burton y las continuas medidas que adopta contra Cuba el presidente Trump, han tensado mucho la situación con la fabricación de medicamentos, pero no nos quedamos de brazos cruzados”.
Tal actitud define la cotidianidad en las dos plantas productivas con sus cinco líneas: vendas enyesadas, sueros parenterales, soluciones para hemodiálisis, tabletas y sales de rehidratación oral.
Crear, innovar, desarrollarse
En LBF todo el mundo cuenta pero hay quienes marcan sello de distinción: Ismael Paz y Zoe Lemus son dos de ellos.
Con el acompañamiento de otros colegas han aportado soluciones de alto impacto, así reconocidas por la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores, organización de la cual es Vanguardia Nacional el LBF, con 150 asociados, a lo que se suma la creación de nuevos fármacos.
Ejemplo de lo anterior es el diseño y construcción una máquina para el llenado automático de los lotes de soluciones concentradas de hemodiálisis.
La mencionada creación, de Ismael Paz, le ahorra al país más de medio millón de euros por concepto de compra de la maquinaria, además de elevar la calidad de la solución concentrada, incrementar la productividad y humanizar el trabajo.
Igual de útiles resultan la formulación, fabricación y comercialización de productos farmacéuticos de origen natural, entre ellos Viprol (tabletas de propóleo), Lecisan (comprimidos masticables de lecitina de soya) Mentisan, (trocisco) y Moringa (suplemento nutricional).
En ello tiene liderazgo la máster en ciencias e investigadora auxiliar Zoe Lemus Rodríguez y su equipo de trabajo, quienes también promueven estudios clínicos con el Citrato de Potasio (ya registrado como suplemento nutricional) para que se apruebe como medicamento para tratar y prevenir la litiasis renal (cálculos o “piedras” en los riñones).
Igualmente se potencia el desarrollo de una tableta con la Stevia rebaudiana Bertoni, conocida como Estevia, con el objetivo de usarla como edulcorante, además de tabletas de Pasiflora (medicamento de origen natural) y de Levadura de cerveza (suplemento dietético).
Concretar producciones estables de tan demandados renglones dependerá de la materialización de un proyecto de inversión para una planta de tabletas de la línea de productos naturales.
Según comentó a Trabajadores Jorge Orestes Fernández Batista, director general de LBF, hay también otras inversiones pendientes de financiamiento en materia de producción de sueros, limitada por la compleja situación de los reactores de esa planta, urgidos de sustitución.
“Esperamos que para el próximo año se concrete la nueva planta de sales de rehidratación y otros polvos medicinales, ya concluida en su parte civil, precisó el directivo, quien acotó que a pesar de la limitaciones “al cierre de octubre las ventas y la producción mercantil se cumplen, con utilidades en el orden del 109 por ciento
Algo más que medicamentos
Beatriz Olivares es recién graduada de la licenciatura en Farmacia y no oculta el orgullo de pertenecer a LBF. “Cuando hablo con mis compañeros que están en otros centros no creen lo que aquí pasa cotidianamente, algo que estoy segura es excepción y no regla en el panorama laboral cubano”.
Se trata de una atención esmerada a los trabajadores.
“Siempre se piensa y hace por la mejora continua de las condiciones, comenta Lázaro García, secretario del buró sindical, aquí se potencian las actividades culturales y recreativas, tenemos una emulación interna que reconoce a los mejores, se realizan ferias comerciales, hay kioscos para ventas gastronómicas, una pequeña tienda del Cimex, se realizan chequeos médicos y oftalmológicos periódicos, se ambientan y remozan los locales…”
“La superación profesional e integral está igualmente en el centro del interés y en tal sentido tenemos aulas para la preparación política-ideológica e incluso la formación de técnicos de nivel medio, todo en función de que nuestros trabajadores sientan satisfacción y en esa misma media se entreguen más y mejor al cumplimiento del altísimo encargo estatal que tenemos”.