Hacia fines del siglo XV las potencias europeas estaban en plena expansión y hallaron en la conquista y colonización del continente americano la oportunidad ideal. Como resultado de esas ambiciones destruyeron civilizaciones originarias completas y surgieron sociedades en las que el mestizaje es un signo de distinción.
Al llegar al Nuevo Mundo, portugueses y españoles en particular aplicaron un molde arquitectónico a las villas que fueron fundando que sido definido por los expertos como “estilo clásico de ciudad hispanoamericana”, al cual distinguieron la “cuadrícula urbana”, “regular”, “geométrica”, “modular” y “simple”, la misma que aún se conserva en los “cascos históricos” de varias ciudades.
De todas esas villas, herederas de un diseño y método constructivo peculiar, pocas sobrevivieron con la vitalidad de entonces, y tres de ellas arribaron en el 2019, como La Habana, el medio milenio de existencia. Ellas son Panamá, Santa María de la Victoria, y Rica de la Vera Cruz.
Villa Panamá
El 15 de agosto del 1519, día de la Asunción de Nuestra Señora, santa patrona de la urbe, nace y es bautizada con nombre indígena, la villa de Panamá. Años más tarde, el 15 de septiembre de 1521 recibió, mediante Real Cédula, el título de Ciudad y un Escudo de Armas conferido por Carlos V de España.
Fue fundada cerca de un poblado de la tribu indígena de los Cueva, en la costa al Pacífico, por el Gobernador de Castilla del Oro, Pedro Arias Dávila (Pedrarias), convirtiéndose así en la primera ciudad europea en esa orilla oceánica.
Panamá pronto se convirtió en el punto de partida para la exploración y conquista del Perú y en la ruta de tránsito para los cargamentos de oro y riquezas provenientes de todo el litoral Pacífico del continente americano. En 1671 fue atacada por el pirata inglés Henry Morgan. En defensa de la población y sus bienes, el Capitán General de Tierra Firme, Don Juan Pérez de Guzmán, ordenó evacuar la ciudad y explotar los depósitos de pólvora, lo que provocó un gigantesco incendio que la destruyó totalmente. La refundación tuvo lugar en lo que se conoce hoy como Casco Antiguo o Casco Viejo, en el corregimiento de San Felipe.
La ciudad de Panamá ha sido denominada Patrimonio de la Humanidad y Capital Iberoamericana de Culturas.
Villa de Santa María de la Victoria
El 25 de marzo de 1519 Hernán Cortés fundó un poblado al que bautizaron como Santa María de la Victoria, el cual más tarde se convirtió en la capital de la provincia de Tabasco.
La Villa de Santa María de la Victoria fue la primera ciudad española en territorio mexicano. Estuvo ubicada en la otrora ciudad maya de Potonchán, capital del reino de Tabscoob (cacique maya que se resistió a la conquista y colonización española), en la margen izquierda del río que los españoles bautizaron como Grijalva (frente al actual puerto de Frontera), a unas leguas de la desembocadura al mar.
La Villa de Santa María de la Victoria llegó a ser un asentamiento importante, desde el cual se planeó e inició la conquista de Yucatán, pero lo inhóspito del entorno (selva y pantanos), y la ausencia de metales preciosos en los alrededores, propiciaron que, una vez consolidadas las posiciones españolas en la zona, se trasladaran hacia Mérida la sede gubernamental y eclesiástica.
Los continuos ataques de piratas, así como el abandono de la región de parte de las autoridades coloniales, hicieron que los habitantes continuaran abandonando la villa para establecerse tierra adentro. Esto condujo a las autoridades españolas a fundar, el 24 de junio de 1564, la villa de San Juan Bautista (hoy Villahermosa), lo cual sentenció a una muerte definitiva a Santa María de la Victoria.
Villa Rica de la Vera Cruz (hoy Veracruz)
El 22 de abril de 1519 nació la Villa Rica de la Vera Cruz. Su fundación fue resultado de las ambiciones del conquistador Hernán Cortés, quien para esa fecha se encontraba ante la disyuntiva de “abandonar el miserable empleo de mercader de rescates” (al servicio del Teniente Gobernador Diego Velázquez), o “convertirse en poderoso conquistador”.
Es así que el viernes santo del 1519, Cortés decide trazar con cordeles, sobre los arenales de Chalchihuecan, una nueva villa de endebles chozas con su correspondiente cabildo, de la cual fue nombrado “Capitán General y Justicia Mayor”.
Tal argucia le permitió, de una sola vez, liberarse del presumible delito de insubordinación a Velázquez, por el cual podría ser condenado a la pena mayor. De paso, obtuvo un cargo jerárquico que le permitió encabezar la conquista y colonización de Tenochtitlan, así como asegurarse las ventajas económicas que ello reportaba.
Esta ciudad vivó varios emplazamientos hasta que aproximadamente en el 1600 regresaría al original, en las dunas de Chalchihuecan, donde ahora se levanta junto al imponente puerto de Veracruz.
