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Capitolio de Cuba (+ Fotos)

Por Walter Frieiro, estudiante de Periodismo

La Habana, Ciudad Maravilla, posee múltiples edificios que destacan por sus valores arquitectónicos, históricos o por el uso que han tenido en la tradición. Entre todos estos existe uno que constituye un centro neurálgico del constante movimiento capitalino: el Capitolio Nacional.

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

Inaugurado el 20 de mayo de 1929, su construcción fue uno de los desafíos ingenieros relevantes de la historia de Cuba, y el símbolo de una de las etapas más sombrías de la Cuba republicana debido al aferramiento al poder del entonces presidente Gerardo Machado, y a la crisis financiera provocada por el crack de la bolsa estadounidense de ese mismo año.

El magnífico edificio fue erigido en 37 meses, todo un récord para la época teniendo en cuenta la complejidad de la obra, con fachada acolumnada neoclásica y una cúpula que alcanza los 91,73 metros  de altura. Se estima que el edificio costó 16 millones 463 mil 743 pesos con 30 centavos, en un momento en que la moneda nacional estaba equiparada con el dólar estadounidense.

Emplazado en la manzana comprendida entre las calles Prado, Industria, San José y Dragones, la edificación posee de 43.609 m2, de los cuales 13.489 corresponden al inmueble, con un área circundante de jardines y parques de 26.583 metros cuadrados. El resto, 3.543 m², se dedicaron a ampliar las calles y en su entorno.

Posee una escalinata monumental de casi 36 metros de ancho, por 28 metros de largo, con 55 peldaños, y custodiada a ambos lados por dos grupos escultóricos hechos en bronce por el artista italiano Angelo Zanelli, La virtud tutelar del pueblo y El trabajo, de 6,50 metros de altura cada uno.

 

Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

 

El monumento custodia, además, múltiples detalles, como los bajos relieves que exhiben las puertas frontales, que reproducen pasajes memorables de la historia de Cuba. En los dos últimos momentos descritos allí se observan rostros borrados en fecha posterior, que se corresponden, precisamente, con la imagen de Machado. Nadie sabe quién fue el vándalo, pero acrisoló en su acto el espíritu de un pueblo que cuatro años después de inaugurado el Capitolio (1933), derrocó a al dictador Machado.

 

Foto: Radio Reloj

 

Dentro del imponente edificio se halla la escultura de La República, obra también de Zanelli, en bronce, con 15 metros de altura y 30  toneladas de peso. En el momento de la inauguración esta fue la segunda estatua de mayor tamaño bajo techo del mundo, solo superado por el monumento a Lincoln.

El gran Salón de los Pasos Perdidos, con casi 50 metros de largo, 14,5 metros de ancho y casi 20 de puntal, enlaza a la antigua sede Cámara de Representantes (situada al norte) y el Senado (situado al sur).

 

Foto: Alexis Rodríguez

 

La Tumba del Mambí Desconocido está ubicada en la parte baja de la escalinata principal y contiene un sarcófago rodeado por seis figuras de bronce que representan cada una las seis provincias que existían entonces en Cuba.

 

Foto: Tony Hernández Mena

 

Regalarle a la capital, en su medio milenio, un Capitolio restaurado, representó un reto económico y tecnológico enorme. Devolverle su función de sede gubernamental (Asamblea Nacional del Poder Popular) expresa también la voluntad política para un edificio que no pierde su esencia a pesar del tiempo.

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