A las 18:01 horas del 28 de octubre de 1959, el comandante Camilo Cienfuegos Gorriarán partió de Camagüey rumbo a La Habana, en un avión del tipo Cessna 310, bimotor, de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR). Le acompañaban el primer teniente Luciano Fariñas González, piloto, y el sargento Félix Rodríguez González, escolta.
En cumplimiento de sus responsabilidades como jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Camilo había acudido una vez más a territorio camagüeyano tras haber abortado el intento sedicioso encabezado por el comandante rebelde Huber Matos Benítez, jefe militar de dicha provincia. Al regreso a la capital un mal tiempo provocó la desaparición de la aeronave y durante varios días, bajo la dirección personal del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, se les buscó por tierra y mar, pero el esfuerzo resultó infructuoso.
La información existente sobre los dos probados revolucionarios trágicamente desaparecidos junto con el comandante Camilo Cienfuegos, es escasa, y agradeceríamos que sus familiares, amigos y quienes les conocieron contribuyeran a enriquecerla. Por el momento, Trabajadores ofrece a los lectores sus datos personales.
Primer teniente Luciano Fariñas González
Hijo de Gerardo, administrador de una salina, y de Leonor, maestra, nació en Sagua la Grande, en la antigua provincia de Las Villas. Cursó la enseñanza primaria en escuelas públicas de su pueblo natal y más tarde en la escuela Hermanos Maristas, de Caibarién.
Vencidos sus estudios de piloto, mecánica y navegación agrícola, efectuados por correspondencia, a los 18 años volaba bajo la guía de los hermanos Yanes, propietarios de una escuela de aviación en Sagua la Grande.
En 1946 se casó con Estrella Sánchez y comenzó a trabajar como mecánico en un taller automotor.
Desde las filas del Movimiento de Resistencia Cívica se incorporó en la lucha contra la tiranía batistiana. Por su quehacer clandestino en todo el país fue circulado por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), en virtud de lo cual en agosto de 1958 fue detenido en Santa Clara, junto a dos compañeros, y conducido al Palacio de Justicia, de esa ciudad, de donde se fugó espectacularmente bajo una fuerte balacera. Sus compañeros no corrieron igual suerte, y resultaron asesinados.
Pasó a trabajar en una draga en Santiago de Cuba, y se vinculó a las células del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, y participó en sabotajes y actividades de apoyo a las tropas rebeldes.
El triunfo de la Revolución lo sorprendió en Varadero, donde ayudó a rendir a la pequeña guarnición del aeropuerto.
A partir de entonces se desempeñó como piloto del gobierno provincial de Las Villas, y poco después, con grado de teniente, se integró a la Fuerza Aérea Revolucionaria, como instructor de aviones de enlace.
Sargento Félix Rodríguez González
De procedencia campesina, nació el 31 de marzo de 1928, en Camajuaní, de la entonces provincia de Las Villas. Posteriormente pasó a residir en Fomento.
Bajo la conducción de su madre de crianza, aprendió a leer y a escribir; más tarde venció el quinto grado.
Ya mayor, se trasladó a Santa Clara, donde laboró como comisionista de la ferretería La Campana y conoció a Elsa Martínez Gutiérrez, con quien se casó y tuvo tres hijos. El 5 de octubre de 1953 se estableció en La Habana. La permanencia en la capital se tornaba difícil, y pasados unos días envió a la esposa y al niño a Santa Clara, pero apenas transcurrió una quincena retornaron a su lado. Mientras tanto, Félix se dedicó a la venta ambulante de diversos artículos: botones de los equipos de pelota Almendares y Habana, cuadros religiosos y fritas. Finalmente logró instalar un puesto para la venta de pan con lechón, el cual movió por distintos puntos del Cerro y Diez de Octubre.
Por entonces sufrió abusos por parte de miembros de los cuerpos represivos, que consumían y se marchaban sin pagar. La situación llegó a tal extremo que, en cierta ocasión sostuvo un intercambio de palabras fuertes con uno de ellos. El altercado le costó que le tumbaran la vidriera.
Sus inquietudes revolucionarias y la injusticia predominante en el país motivaron su incorporación al Movimiento Revolucionario 26 de Julio. A fines de 1957 marchó a Las Villas y se sumó a la lucha guerrillera bajo las órdenes del comandante Víctor Bordón, con quien en octubre del siguiente año se subordinó al comandante Ernesto Guevara a la llegada de la Columna Invasora no. 8 Ciro Redondo a esa provincia. Entre las acciones más notables en las que participó en su condición de miembro de esta última fuerza se encuentran la voladura del puente sobre el río Falcón y la batalla de Santa Clara.
Tras el triunfo revolucionario integró la escolta del comandante Camilo Cienfuegos, como parte de la cual le fue confiada la seguridad de la vivienda ocupada por el glorioso comandante en el campamento militar de Columbia, hoy Ciudad Escolar Libertad.