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¿Callejón sin salida? (+ Fotos)

A solo unos días de las elecciones generales del 10 de noviembre la crisis territorial existente en Cataluña se mantiene y todo indica que se mantendrá, ya que para muchos la situación creada por la represión sigue siendo un callejón sin salida.

 

No son todos los catalanes, pero si son muchos los que piden independizarse de España. Foto: Esquerra Unida

 

No es un problema de coyuntura sino la exigencia de una buena parte de los catalanes de lograr la independencia de España, algo que resulta extremadamente complejo por la vía legal, ya que una primera limitante es el artículo 155 de la Constitución del país que priva a Cataluña momentáneamente de las competencias de autonomía política..

Más se complejiza la situación con el hecho que no todos los catalanes están a favor de la independencia.

 

Foto: Ferran Nadeu

 

Desde el 14 de octubre Cataluña vive una oleada de protestas en rechazo a la decisión del Tribunal Supremo español de imponer penas de prisión por un total de 100 años a nueve líderes por el intento de ruptura con España mediante el referéndum unilateral de autodeterminación el 1 de octubre de 2017.

Luego de masivas manifestaciones en contra de las condenas fue recibida con duras críticas la visita a esa región a fines de octubre del presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez.

El independentista y presidente catalán, Quim Torra solicitó a Sánchez iniciar una negociación sin condiciones para solventar la peor crisis institucional de esta nación ibérica desde la restauración de la democracia hace cuatro décadas, según un despacho de la agencia Prensa Latina.

 


Según la prensa española el dirigente catalán pidió reunirse con el mandatario, pero sin resultados, al igual que sucedió con los intentos de por lo menos sostener una conversación telefónica. Torra finalmente reclamó «visión de Estado» al presidente Pedro Sánchez.

Y es que la negativa se debe porque Torra no había condenado de manera explícita “la violencia e ignorar a la mitad de los catalanes que no apoyan la secesión”.

La necesidad de un diálogo

La portavoz de ERC, Marta Vilalta, comparó al actual gobierno con el de su antecesor conservador, Mariano Rajoy, por su inmovilismo y precisó que “las negativas del dirigente socialdemócrata se enmarcan en una operación de Estado para eliminar al independentismo”.

 

La política socialdemócrata y republicana, cuya organización comparte gobierno en Cataluña con la derecha nacionalista (Junts per Catalunya) acusó a Sánchez de irresponsable e incapaz de propiciar un diálogo y una salida política a la situación regional.

Calificó de indecente que durante su fugaz estancia en Barcelona, haya visitado a los policías heridos durante los altercados de la semana pasada, pero no a los manifestantes hospitalizados.

Por su parte el coordinador federal de Izquierda Unida (IU), Alberto Garzón, criticó que el también secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no cogiera el teléfono a Torra para abordar la situación en la autonomía.

También el secretario de Acción de Gobierno del partido Podemos instó al secretario general del PSOE a hablar con el presidente de la Generalitat (autogobierno catalán).

 

Error de cálculo

Según algunos expertos Sánchez pensaba que la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a los líderes separatista tendría un efecto calmante lo que resultó todo lo contrario.

La agenda de los partidos catalanes pro-independencia no tiene como objetivo prioritario los comicios generales del 10 de noviembre, sino la perseverancia en su ánimo de seguir presionando al Estado.

Estos comicios, dada  la crisis provocada por el independentismo catalán volverán a dejar de lado las cuestiones económicas y sociales que preocupan a la inmensa mayoría de los españoles.

 

Analistas consideran que se crea con ello una situación peligrosa cuando la recesión amenaza con erosionar la débil recuperación registrada en los últimos años.

Durante años el independentismo catalán se caracterizó por protagonizar masivas manifestaciones de carácter pacífico pero el nivel de intensidad de las protestas aumentó ahora, dando lugar a múltiples episodios de disturbios.

“Prendemos fuegos para que se den cuenta de que seguimos aquí aunque no nos dejen votar. En 2014 hicimos un referéndum de mentira que no valía para nada, en 2017 hicimos uno que parecía en serio y al final tampoco sirvió para nada; estamos cansados de meter papeletas en urnas para nada», afirmó uno de los miles de manifestantes que se manifestaron en los últimos días.

Los problemas de Cataluña no los resolverán los comicios de noviembre, sino el diálogo necesario entre las partes en conflicto para hallarle una salida a la crítica situación creada.

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