El supuesto fraude electoral denunciado por la alianza opositora Comunidad Ciudadana (CC) quedó desmontado en Bolivia tras declaraciones del jefe de Estado, Evo Morales, y funcionarios gubernamentales.
“El verdadero fraude es que no permitan el cómputo oficial, el quemar las oficinas del Tribunal Supremo Electoral (TSE). El delito del actual TSE es que una mujer de pollera lo dirija”, aseveró el mandatario bien entrada la noche del jueves en una entrevista con el canal estatal Bolivia TV.
Recordó que en la primera candidatura del 2002 no estaba tan convencido de ser presidente, “me acusaron de ser asesino, de narcotraficante, mafia cocalera, y el pueblo se ha impuesto contra esa mentira”.
Tras conocer el último cómputo oficial al 99,99 % de los votos verificados por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) que le da vencedor en la primera vuelta de las elecciones generales, el estadista afirmó “no es que gana Evo, gana el pueblo”.
“Sigo convencido de que mientras no claudiquemos en nuestra ideología, con un programa del pueblo, esto es para mucho tiempo”, aseguró Morales.
Minutos antes, la ministra de Salud, Gabriela Montaño, exigió al aspirante de CC Carlos Mesa y al candidato a legislador Carlos Alarcón que mostraran, al país y a su militancia, pruebas reales y contundentes de irregularidades.
Ante los medios de prensa, Montaño exhibió cinco actas en las que supuestamente existió un fraude en beneficio del partido de gobierno con 109 mil 277 votos. Rebatió esas acusaciones caso por caso.
En la primera acta explicó que Alarcón engaña al país porque en ella se establece claramente, con la firma de los jurados electorales, que por error de transcripción se invirtieron los resultados de la columna para diputado uninominal y para presidente, pero los propios jurados asignan a CC los votos que le corresponden, en ese mismo documento oficial.
“Me parece una irresponsabilidad con el país y con su propia militancia, yo le pido a la militancia de Comunidad Ciudadana que le exija al señor Carlos Alarcón que rebata los argumentos (…) uno por uno, acta por acta, (…) su invento de prueba de fraude”, sentenció la autoridad.
“Sistemáticamente Mesa y Alarcón pretenden distorsionar la realidad y hacernos creer a los bolivianos que no somos capaces de leer las observaciones de un acta electoral”, puntualizó.
El canciller Diego Pary y el ministro de Justicia y Transparencia Institucional, Héctor Arce, rechazaron en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) cualquier posibilidad de fraude en las elecciones generales del 20 de octubre.
Maniobras contra la victoria de Evo Morales
Evo Morales ha resultado vencedor en la primera vuelta, pues de acuerdo al último parte oficial de las autoridades electorales alcanza el 47,07 % de los votos una vez realizado el recuento del 99,99 % del sufragio, mientras su opositor Carlos Mesa obtiene el 36,51 %.
Al tener un 10,56 % de ventaja sobre Mesa, Evo resulta electo, ya que según la legislación vigente necesita el 40 % de los votos con, al menos, diez puntos de diferencia sobre su más cercano contendiente.
El 0,01 % de votos pendientes de computar corresponden a cuatro actas de votación anuladas en la región amazónica de Beni, sobre las que el Tribunal Supremo Electoral todavía no se pronunció, pero que en ningún caso alterarían la ventaja de, al menos, los 10 puntos porcentuales ya alcanzados por el actual Presidente.
Mesa, quien desde antes de iniciarse el conteo de los votos expresó reiteradamente su desconfianza en la transparencia del proceso electoral, ha declarado que no reconocerá la victoria de Morales por considerar que existe «un gigantesco fraude» a favor del mandatario.
El opositor reclama una segunda vuelta electoral, con el respaldo de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y de los gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos.
Tal demanda de la oposición y sus aliados ha sido certeramente contrarrestada por las autoridades bolivianas, al invitar a la OEA a que verifique en el terreno los resultados del sufragio.
Al propio tiempo, Morales ha denunciado que la actitud asumida por la oposición beligerante y sus patrocinadores internacionales forma parte de un intento de golpe de Estado en desarrollo.
El Movimiento al Socialismo (MAS) y demás fuerzas populares que respaldan al reelecto mandatario boliviano han manifestado su rechazo a las acciones violentas realizadas por la oposición en algunos lugares, así como su firme posición de defender la incuestionable victoria obtenida en la primera vuelta electoral por el presidente Evo Morales.