Icono del sitio Trabajadores

Inauguran exposición Fronteras Calientes (+ Fotos)

“Cuando una ciudad como La Habana es transformada por el arte en una frontera caliente, aparece un espacio más allá de la ciudad-monumento o la  ciudad-patrimonio, y la propuesta de nueva estética visual es construida por la diáspora, el exilio y los viajes sin fecha de regreso de la gente común”, como plantean Joseph Gómez y Magdalena Rivas, curadores de la muestra que se exhibe hasta el próximo 6 de noviembre en el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño.

Instalación Fronteras, de Carlos Airess, Tato.

Donde se encuentran las calles Luz y Oficios, en La Habana Vieja, radica el inmueble que otrora perteneciera al Conde de Barreto y que, desde hace casi cuatro décadas, alberga a una institución comprometida con el desarrollo de la cultura cubana  abierta siempre al intercambio para el enriquecimiento mutuo.

Así lo demuestra Fronteras calientes, una exposición dedicada al medio milenio de La Habana donde cinco artistas chilenos se inspiraron en la problemática contemporánea de los límites fronterizos para, a su vez, transgredirlos desde el arte y desde su concepción básica como espacios físicos para pensarlos también desde lo etnográfico, lo antropológico, lo patrimonial… para valorar esa definición desde los contextos, necesidades y procederes humanos.

Danilo Espinoza Guerra, Ricardo Fuentealba-Fabio e Iván Zambrano Downing, profesores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se unieron a sus compatriotas residentes en Cuba, Carlos Airess y Gonzalo Vidal, para demostrar que “las fronteras no son solo barreras humanas, sino territorios creativos de intercambio donde pueden iniciarse múltiples rutas y proyectos interculturales. Son encrucijadas de espiritualidad, de premisas y de sueños que sobrepasan los límites oficiales para crear futuros imprevistos”, donde “también acontece la historia y aparecen los quiebres y las contradicciones en el tiempo”, según señalan los curadores.

Obra de Danilo Espinoza Guerra realizada con la técnica humo sobre papel.

Con una atractiva propuesta desde lo visual y lo estético, los artistas se apoyan en la fotografía digital, el dibujo, las impresiones con humo sobre papel y las instalaciones de objetos varios para transmitir sus experiencias sobre el fenómeno en cuestión, al que se aproximan desde los criterios del filósofo francés Claude Lévi-Strauss a través del rejuego con la concepción de este sobre las culturas frías y calientes, postura a la cual remite el título de la muestra.

Esta temática tan actual la aborda Fuentealba-Fabio en su collage digital empleando además la poesía y la exposición de objetos en Lo mejor del invierno, donde mediante íconos del arte japonés como personajes de los dibujos animados y los magazines exhorta a transgredir esas vallas culturales que separan las naciones, permitiéndole al espectador trasladarse hasta Japón sin moverse de la sala, acortando así los miles de kilómetros que separan ambos territorios a través de una gráfica que trasciende naciones para llegar a tu país, a tu casa, a tu espacio.

Instalación de Iván Zambrano Downing, una metáfora de las valijas de los migrantes.

Por su parte, Vidal rompe con los confines terrenales desde todos los órdenes en sus series de fotografías digitales Minimalismo y Surrealismo, en las que retrata tanto espacios aéreos que se antojan infinitos como aquellos vallados que delimitan el área de cada nación, donde se han perdido las vidas de muchos migrantes e incluso inmortaliza una ventana cualquiera que encalló en una playa para transgredir su locación asignada dentro de una vivienda.

Con runas, mandalas y aserrín, Tato Airess creó una instalación que rinde tributo a la cultura mapuche y a la Araucanía, toda vez que reconoce y visibiliza el repliegue de lo autóctono y los espacios cada vez más reducidos a los que se han visto confinados esos pueblos nativos; mientras que Espinoza Guerra homenajea el humo de las cocinas tradicionales al revelar imágenes históricas en papel fotográfico mediante el negro de hollín.

Collage de arte japonés, de Ricardo Fuentealba-Fabio.

Zambrano eligió el empleo de valijas como recurso estético, y al confeccionar estas de manera que quedan a la vista los contenidos que suelen llevar los migrantes en sus peregrinaciones, parecen radiografías de un futuro incierto compuestas por retazos de un pasado siempre a cuestas.

 

Compartir...
Salir de la versión móvil