Añadió que esa violencia generada por el propio poder público, no puede luego convertirse en la justificación para aplicar por parte del mismo Gobierno, una variante de violencia armada para reprimir a las víctimas de la presión económica.
«El Gobierno es quien debe actuar con cordura, mesura, prudencia y, sobre todo, con humanidad, al momento de resolver situaciones como la que ocurre en el país hermano», subrayó.
Explicó que el Estado chileno y su Gobierno son los únicos responsables por las violaciones a los derechos humanos en las principales ciudades de ese país.
La reedición de posturas sobre guerra interna, enemigo interno o seguridad nacional, alarma sobremanera y nos obliga a estar atentos por las consecuencias que de ella derivan, agregó.
«El diálogo y el consenso son las únicas herramientas que se pueden utilizar para poner fin a este dramático cuadro político institucional», remarcó.
Este fin de semana los chilenos vivieron una ola de represión, lo que calificaron una pesadilla, por manifestarse contra el alza al pasaje del metro.
Militarización de las calles, toque de queda, al menos siete muertes, decenas de herido y cientos de detenidos, fue el saldo de estos hechos.