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La escarapela de José Martí: símbolo de la Cultura Cubana

La celebración este 20 de octubre del Día de la Cultura Cubana, está presidida por una imagen de la escarapela o insignia mambisa que llevaba en su pecho el Héroe Nacional, José Martí, en el momento de caer en combate en Dos Ríos.

 

La  efeméride, especialmente dedicada en esta ocasión a la prima ballerina absoluta Alicia Alonso, inhumada ayer en la Necrópolis de Colón, fue  instituida en conmemoración del 20 de octubre de 1868 cuando por vez primera se entonó el Himno Nacional, inicialmente conocido como La Bayamesa, cuando las tropas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron a la oriental ciudad de Bayamo.

La escarapela o insignia mambisa que llevaba Martí al morir le había sido entregada, con anterioridad, al Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, luego de ser nombrado en 1869 Presidente de Cuba en Armas, para quien fue especialmente bordada por jóvenes bayamesas en tela de reina con mostacilla o diminutas cuentas de vidrio.

El significativo objeto cuyo original se conserva en el Museo Casa Natal del Apóstol mide 6,6 centímetros de largo y 5 de ancho, y es una diminuta bandera cubana con sus tres emblemáticos colores.

Luego de ser destituido de su cargo, Céspedes entregó la escarapela, como recuerdo, a su secretario y ayudante, el coronel camagüeyano Fernando Figueredo Socarrás, quien posteriormente se la regaló a José Martí en los primeros días del año 1895, cuando el Delegado del Partido Revolucionario Cubano se alistaba para viajar a República Dominicana desde donde retornó a la patria para incorporarse a la Guerra Necesaria.

El célebre revolucionario e intelectual cubano puso el valioso símbolo en su pecho cuando fue ascendido a Mayor General por el General en Jefe Máximo Gómez. Al llevarla prendida en su pecho, Martí era consciente del valor de esa insignia reveladora del compromiso con la libertad de la patria.

Al morir en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895, el coronel español José Jiménez de Sandoval  la recogió y a inicios del Siglo XX se la entregó al ministro de Cuba en Madrid, junto con el cortaplumas y las espuelas del Maestro.

Con la llegada  de la República,  la pieza fue recuperada y pasó a engrosar los fondos del primer Museo Nacional. Desde 1964 por disposición de la Dirección de Patrimonio fue entregada al Museo Casa Natal de José Martí.

El abogado Pedro Figueredo, Perucho, escribió sobre su caballo los fervientes versos del Himno en momentos en que la ciudad de Bayamo ardía de manos del Ejército Libertador de la República de Cuba en Armas, el cual optó por incendiarla antes de permitir que el enemigo la tomara. Desde el  20 de octubre de 1868, estas patrióticas notas musicales presidieron todos los actos convocados por los mambises, hasta convertirse en el Himno Nacional de Cuba y uno de nuestros más preciados símbolos patrios.

El 22 de agosto de 1980, en reunión del Consejo de Ministros, se acuerda la redacción de Decreto No. 74, que plantea reconocer “en el Himno Nacional de Cuba, nuestra Bayamesa, el símbolo en que se entrecruzan el sentimiento de amor a la patria y la decisión de combate, la expresión artística de ese acto cultural por excelencia en que el pueblo afirma y conquista su identidad plena, la guerra libertadora.

“POR CUANTO: Se hace necesario elegir una fecha que permita conmemorar anualmente el surgimiento de la cultura cubana: independentista, antiesclavista, antimperialista y proyectada hacia el progreso social”.

De tal forma se instituyó el 20 de octubre como Día de la Cultura Cubana “en conmemoración del 20 de octubre de 1868, fecha en que las tropas mambisas al mando de Carlos Manuel de Céspedes liberaron la ciudad de Bayamo y el pueblo entonó por vez primera nuestro Himno Nacional, La Bayamesa, expresando el espíritu de la independencia en su inflamada música y poesía patriótica, canto pleno a la insurrección libertadora y la abolición de la esclavitud y manifestación artística de ese profundo e irreversible acto configurador de la conciencia cubana, expresión y símbolo más alto y genuino de nuestra cultura nacional”.

 

Réplica exacta de la escarapela

Una réplica exacta de la escarapela de José Martí, realizada por el reconocido diseñador de modas  Ignacio Carmona Piñero, Nachy, fue exhibida en el mes de octubre del año 2016 en la exposición Sangre y Fuego. Imaginarios de la Bandera en el Arte Cubano, donde  en el Pabellón Cuba se reunieron trabajos de destacados creadores de las artes visuales relacionados con el estandarte insular.

Para la confección del histórico  distintivo Nachy, presidente de Sección de Textiles de la Asoiacion Cubana de Artesanos Artistas (Acaa), utilizó la misma técnica artesanal e iguales cuentas, con el fin de reproducirlo con extrema fidelidad.

Desde muy temprana edad, este prestigioso artesano comenzó a incursionar en diferentes manifestaciones artísticas y desde entonces “me vinculé a los talleres de diseño y confección de vestuario. A partir de ahí comenzó mi formación a través de cursos y de forma autodidacta”.

Reconocido, además, por sus relevantes aportes al arte, la moda y el vestuario en los medios audiovisuales durante 40 años consecutivos, el pasado año Nachy celebró sus primeras  cuatro décadas de vida dentro de un prolífico universo creativo que le ha hecho acreedor de innumerables premios y reconocimientos, entre ellos, el de Mejor Stand en el evento Hecho a Mano, en Medellín, Colombia; la Medalla conmemorativa LXXX aniversario de la Radio Cubana; el Giraldillo de Sevilla, España (el primer latinoamericano en obtenerlo); la Medalla del Historiador de la Ciudad por el trabajo en la Casa de la Obrapía; y multiples reconocimientos del Fondo Cubano de Bienes Culturales y de la Acaa.

Igualmente ha cosechado éxitos en la pintura. Sus inigualables gallos han fascinado a infinidad de coleccionistas de todo el mundo, en tanto la Televisión Cubana los ha elegido como premios a relevantes figuras de ese medio y de la cultura cubana.

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