Desde horas de la mañana se movilizaron representantes de pueblos indígenas, trabajadores, estudiantes, familias y grupos de amigos para ayudar en la recuperación de las áreas más afectadas por eventos asociados al paro nacional contra el Decreto 883, que liberó los precios de la gasolina extra y el diésel, lo cual fue rechazado en toda la nación.
En las calles del centro capitalino, aún quedan rezagos de los enfrentamientos entre los movilizados y las fuerzas del orden, que mediante una fuerte represión intentaron, en vano, dispersar las concentraciones, fortalecidas con la resistencia de un pueblo en protesta contra el ‘paquetazo’.
Las inmediaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y el Parque El Arbolito, fueron puntos neurálgicos en los levantamientos, que terminaron la víspera, en la noche, tras un acuerdo entre el movimiento indígena y el gobierno nacional, para dejar sin efecto el Decreto 883.
Mangueras con agua a presión, escobas y bolsas de basura, fueron hoy las principales armas del ejército ciudadano que hoy se llevó escombros y empezó a recomponer el parque, para ayudar a borrar la estela de violencia.
‘La lucha de los hermanos indígenas no fue solo de ellos. Todo el Ecuador se levantó, aunque algunos medios querían tapar la situación. Todos sentíamos el descontento de que el FMI esté aquí, que hayan quitado subsidios y beneficiado a las clases altas y las personas de pueblos somos las realmente afectadas’, aseguró a Prensa Latina Deborah Aragón, una joven que junto a un grupo de amigos se sumó a la ‘minga colectiva’.
En su criterio, la victoria alcanzada con el acuerdo para derogar el decreto 883, le enseñó a Ecuador como la unidad del pueblo es lo único que permite hacer valer sus derechos, pues los miembros de la Asamblea Nacional no estuvieron presentes y la iglesia colaboró para lograr un diálogo entre el gobierno y el movimiento indígena, pero no en el tema humanitario.