La halo de esperanza llegó a Ecuador en la tarde noche de este domingo cuando finalmente se estableció una mesa de diálogo entre el Gobierno y un bloque multicultural que llamó al Paro Nacional, y que estuvo mediada por representantes de agencias de Naciones Unidas y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
[custom_gallery source=»media: 182551,182550,182552,182553″ limit=»7″ link=»lightbox» width=»500″ height=»400″ title=»always»][custom_gallery source=»media: 27318,27320,27319″][/custom_gallery]Hasta el primer receso de 15 minutos, cada parte defendió con fuerza su postura. El presidente Lenin Moreno insistió en la necesidad de aplicar las medidas incluidas en el polémico Decreto 883, y en culpar a su antecesor Rafael Correa de las protestas. Los representantes indígenas, por su parte, fueron enfáticos al exigir la derogación del 883 para que haya paz y como paso previo a cualquier otra negociación.
«Jamás ha sido mi intención, afectar a los más desposeídos», dijo Moreno, al explicar por qué aprobó la eliminación del subsidio a las gasolinas extra y ecopaís, así como al diésel, lo cual conduce a un incremento directo de los precios, primero del combustible, y luego de todo lo demás, según han denunciad.
Lenin Moreno reiteró además que su proyecto planea que el dinero recuperado con la eliminación de los subsidios, se destine «a los más pobres», mediante «proyectos macro, medianos y micro».
Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), recalcó que las medidas aprobadas por Moreno “no generan ningún beneficio social, más bien genera injusticia social”.
“Si es verdad esa voluntad de ser Gobiernos de todos, Sr. Presidente, escuche y respalde al pueblo. Se siente que la derecha y el FMI están administrando el país. Ayer nos dijeron que tomarse las instalaciones era terrorismo, por cerrar vías nos declararon terroristas, saboteadores, tuvimos que abandonar a nuestras familias…Y hoy esa misma gente se nos presenta como salvadores del país. A ellos tiene que seguir los policías, no a los indígenas que defendemos nuestra Patria. A los indígenas nos gusta hablar fuerte y después, si hay que hacerlo, nos damos las manos..”.
Vargas presentó una agenda para el diálogo, en ella “la paz solo llegará con la derogación del Decreto 883”, idea respaldada por otros oradores de organizaciones que junto a la Conaei han secundado en el paro.
Reclamó que se conforme una comisión que enjuicie a los ministros responsables del uso desmedido de la violencia. Mencionó específicamente a los titulares de Defensa, Oswaldo Jarrín, y de Gobierno, María Paula Romo: “Si de verdad queremos paz, y no hablamos solo como Conaie ni como movimiento indígena, pedimos la inmediata separación de Romo y de Jarrín. Eso sería un gesto de paz social”.
Pidió además que la Corte Constitucional verifique todas las reformas y leyes que a futuro proponga el presidente Lenin Moreno y que el Gobierno Nacional transparente los acuerdos a los que llegó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Es verdad que está el acuerdo de la educación intercultural, pero en eso no se ha avanzado nada, usted entregó un Decreto (dijo enfático al Presidetne Moreno) pero no le hicieron caso. Eso quiere decir que tiene ministros que no tienen voluntad de dialogo, le hacen quedar mal, nunca contestan los celulares, ni llamadas. Han pasado dos años de diálogo sin avance y lo digo en cadena nacional. El pueblo ecuatoriano está escuchando”, afirmó.
Otro de los representantes de la Conaei denunció: “Aquí estamos los dueños del territorio, del petróleo, y no tenemos ni una calle de cuatro carriles como las de Quito o Guayaquil. No hemos venido a conformar Comisiones: el pedido del país es la derogatoria del Decreto 883. Si eso se aprueba, el país se tranquiliza”.
La única mujer indígena que pudo hacer uso de la palabra le plantó cara al presidente y concluyó: «¿No te duele ordenar a hombres armados que nos vengan a enfrentar cuando solo estamos reclamando una Patria soberana? Que en su conciencia queden, Sr presidente, todos los hermanos caídos en esta lucha. Eso vengo a decirle como mujer amazónica».
Con esta flecha, directa al corazón del gran «culpable», se fueron al receso para que cada parte pueda “negociar”.