En un mundo unipolar como el que Washington pretende imponer, los nexos entre Cuba y Rusia resultan un valladar ante el hegemonismo estadounidense y sus medidas de presión y castigo contra esas y otras naciones. Ello se evidenció con la reciente visita que realizó a La Habana el presidente del Gobierno, Dimitri Medvedev, quien junto al presidente Miguel Díaz-Canel asistió a la firma de importantes acuerdos de cooperación bilaterales y que tendrán un fuerte impacto en el desarrollo económico de la isla.
Cuba tiene en Rusia un amigo leal y un socio confiable, expresó el jefe del Gobierno ruso y su frase tiene innegables connotaciones.
La Habana y Moscú han tejido, a lo largo de décadas, una sólida relación de amistad en tiempos de la Guerra Fría y desde que Cuba comenzó a sufrir los embates del bloqueo estadounidense y sus intentos armados y terroristas por derrocar su Revolución. No hay que olvidar que la ola de nacionalizaciones en la mayor de las Antillas ocurre luego que Washington prohibiera a sus petroleras en Cuba refinar el crudo soviético.
Tras la caída del campo socialista y la desintegración de la URSS, las relaciones se vieron abruptamente afectadas. Cuba resentía la pérdida de su más importante mercado con consecuencias recesivas para la economía. Fue lo que se denominó aquí Período Especial, en la última década del pasado siglo.
En la medida en que Rusia se recompuso y volvió a ocupar su importante puesto en la palestra internacional, los nexos con la isla caribeña se incrementaron hasta llegar a niveles que son determinantes en futuro de Cuba. Y es que, además de lo bilateral, los nexos con La Habana tienen un impacto en Latinoamérica y el Caribe, adonde Rusia también debe llegar: “Es muy importante que los lazos entre América Latina y Rusia se estrechen, esta es una región clave para la colaboración, no un patio trasero como piensa Estados Unidos”, señaló Medvedev.
Durante su visita ambos Gobiernos firmaron ocho acuerdos que incluyen el financiamiento para el ensamblaje de vehículos automotores en la isla.También un convenio sobre la cooperación científico-técnica e innovadora, y otro acerca de un protocolo para que las aduanas de los dos países participen en el combate a actividades ilícitas.
Asimismo, rubricaron un convenio sobre el financiamiento de los proyectos de mantenimiento de navegabilidad aérea de los aviones rusos explotados por la Corporación de Aviación Cubana cuya flota aérea está sensiblemente disminuida; y otro que establece el financiamiento de suministro de laminador para la producción de armadura de acero y alambre.
El sistema ferroviario cubano se beneficiará con un proyecto millonario para la su rehabilitación, modernización y automatización como parte de un plan que contempla además el envío de cerca de un centenar de locomotoras y el traspaso tecnológico.
Como parte de su agenda, Medvedev inauguró el primer pozo de perforación horizontal de un programa para la recuperación de campos petroleros cubanos. En ello participan las empresas Zarubezhneft y la Unión Cuba-Petróleo (CUPET). Esto sucedió cuando Washington busca detener los suministros de combustible con presiones a los países bandera de los tanqueros, las navieras y firmas aseguradoras.
«Cuba siempre puede contar con el apoyo de Rusia, Cuba es el socio más importante de Rusia en América Latina», subrayó el Primer Ministro ruso, cuya visita coincidió con el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial contra la ínsula caribeña.
Las políticas de fuerza aquí -sentenció el gobernante ruso – no tienen ningún futuro.
Por su parte el presidente Díaz-Canel reiteró la condena de Cuba a la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacia las fronteras rusas y rechazó las sanciones que desde 2014 Washington y algunos de sus aliados occidentales impusieron a Moscú.
El gobernante cubano anunció un viaje oficial a la capital rusa a fines de este mes. Será ocasión para reafirmar y seguir expandiendo una relación que resulta estratégica para ambos países.