Por Juan Carlos Sarrías Arias, de la provincia Cienfuegos
Haila Chavelis es la protagonista de una de las hazañas deportivas más conmovedoras y memorables, recogida en las historias de los atletas discapacitados en nuestro país. Un prematuro padecimiento por un tumor maligno en su pierna derecha, diagnosticado cuando tenía cuatro años, provocó que después de un largo tratamiento tuvieran que amputársela.
La adversidad, sin embargo, no pudo doblegar el infatigable espíritu de lucha de esta joven, nacida en la ciudad de Cienfuegos el 26 de septiembre de 1998.
La dolorosa consecuencia de su enfermedad y la convivencia con otras adolescentes aquejadas de esta, la motivaron a emprender la colosal prueba de convertirse en una practicante activa de diferentes deportes, específicamente en el tenis de mesa.
En esa especialidad obtuvo medalla de oro en el torneo nacional, además, practicó natación, evento en el que alcanzó excelentes resultados. Siendo miembro de la Aclifim, y viendo su disposición para la práctica deportiva, la Asociación le propone formar parte del equipo de voleibol sentado.
Por primera vez en la historia de los juegos Parapanamericanos competía Cuba en esa modalidad. Toronto 2015 abrió las puertas a un nuevo reto del movimiento deportivo cubano y fue un equipo femenino de la Perla del Sur el que cruzó el umbral del estreno.
En el mencionado evento la selección alcanzó el cuarto lugar, sin embargo, el pueblo de Cuba fue testigo de cómo defendió esta joven la patria en el terreno de juego. La máxima “nada en la vida es imposible”, tuvo un toque mágico de perseverancia, fuerza, inspiración y celebración, cuatro valores de los atletas discapacitados, dejando sentado que para ella el deporte no es un medio de vida, sino una necesidad imperiosa de reafirmarse como ser humano.
De regreso a la tierra que la vio nacer, el incesante claxon de los ómnibus aproximándose convirtió en bullicio la prolongada espera. Nada más demoró el abrazo con quienes, tanto en suelo canadiense como en el patrio, contaron los días, las horas y hasta los minutos para el reencuentro. “Llegó la muchachita, fue el grito de la bienvenida”. Por fin en casa, Cuba siempre se extraña, respondió Haila.
La sede provincial del Inder resultó el primer escenario de recibimiento. Vencido el protocolo de rigor, fue en su barrio, junto a familiares, vecinos y amigos, donde estalló la fiesta.
En estos días que he tenido la maravillosa experiencia de intercambiar con nuestra protagonista. No pude dejar de expresarle la inmensa admiración que ha despertado, imponiéndose retarla a un partido de voleibol para rememorar aquella histórica epopeya.
Primer set: “Rival, rival, no tuvimos ninguno, lo que tuvimos fue poca experiencia”.
Segundo set: “Fuimos de menos a más, pues hasta ese momento fue el único evento internacional y competimos con rivales de gran calidad como Estados Unidos, Canadá y Brasil”.
Tercer set: “Para mí fue una experiencia inolvidable, con 16 años nunca imaginé representar a las cuatro letras de mi país en unos Juegos Parapanamericanos. Además, el mejor recuerdo de la competencia fue mi esfuerzo en el juego y la posibilidad de demostrar que nada me podía detener a ser deportista”.
No conforme con los resultados alcanzados hasta ese momento, Haila ha deslumbrado a los expertos por su participación en los eventos nacionales de pesas, donde su progresión ha sido vertiginosa, obteniendo medallas de diferentes colores. Con sus brillantes actuaciones esta joven nos ha legado un instructivo mensaje, demostrando que el esfuerzo, la persistencia y el coraje son armas con las cuales puede vencerse cualquier dificultad, incluso una enfermedad tan devastadora.
Su ejemplo es resultado de ser un modelo de combatividad y espíritu de lucha. No cabe duda que Haila se ha convertido en una de las míticas figuras del deporte para discapacitados en Cienfuegos, y es considerada para muchos como la mejor atleta de todos los tiempos o simplemente: la Perla del Sur.