Santiago de Cuba es una ciudad para guardarla en el más cálido de los espacios de la memoria, y no hay mejor modo de atraparla que desandar los caminos ya trazados para el turista que la visita.
Desde siempre ha sido así: primero durante el siglo XIX y hasta la segunda mitad del XX con una pequeña infraestructura para tales fines, más tarde con un desarrollo superior, luego –a partir de la década del 90-, con un auge en materia de hospedaje y soporte extrahotelero, y finalmente en pleno siglo XXI con una solidez notable en materia de la llamada industria del ocio.
Este suroriental territorio, el más caribeño de la Mayor de las Antillas, y la gente hospitalaria que lo habita, están abiertos al visitante, ufanos de poder obsequiarles lo mejor de sí: sus valores arquitectónicos, paisajísticos, culturales, históricos…
El compartir esas riquezas con los vacacionistas que llegan hasta acá ha estado marcado siempre por las barreras que impone el bloqueo de los Estados Unidos a Cuba, política genocida que casi llega a 60 años de imposición.
Pero en los últimos meses, tal vez como nunca antes, tan criminal acción ha dejado huellas que lastran significativamente el desarrollo de ese sector de la economía.
Así lo confirma el diálogo con Javier Plochet García, Máster en Ciencias, Profesor Auxiliar del Centro de Capacitación para el Turismo y representante de la delegación del MINTUR en la provincia de Santiago de Cuba, quien asegura que la principal incidencia está relacionada con operaciones que se venían desarrollando de manera estable, tanto aéreas como marítimas, y que en los últimos meses se han visto muy afectadas.
“Para que se tenga una idea, en este año estaba previsto que atracaran en la terminal de cruceros del puerto de Santiago de Cuba cerca de un centenar de buques, y solo lo hicieron una veintena».
“El resto de las llegadas se frustraron luego de las medidas que entraron en vigor el pasado 5 de junio cuando se eliminaron las licencias generales para los viajes educativos grupales pueblo a pueblo y se aplicó una política de negación de licencias a las aeronaves no comerciales y embarcaciones de pasajeros y recreativas en estancia temporal, lo que incluyó el arribo de cruceros a Cuba», explicó.
Y añadió que por esas mismas razones en la economía del país se ha dejado de ingresar 1,5 millones de dólares menos; sin duda es un impacto tangible de lo que representa el recrudecimiento del bloqueo.
El reforzamiento de esa política desencadenó la actual coyuntura energética que vive el país, cuyas secuelas también repercuten en el turismo.
¿Qué medidas se aplican en Santiago de Cuba?
“Lo que se hace en nuestro polo está en consonancia con la política del MINTUR, con acciones comerciales que deben trascender más allá de este momento complejo, porque sin duda demuestran su valía, una de ellas, por ejemplo, es la diversificación de los mercados, especialmente orientada hacia el mercado interno».
“Otras cuestiones están relacionadas con el reordenamiento del trabajo en las oficinas y locales que no prestan atención directa a los clientes, el uso de los vehículos más eficientes para la distribución de los recursos que dan vitalidad a los servicios hoteleros y extrahoteleros, o la paralización de las labores inversionistas que requieren un alto consumo energético”.
¿Cómo se sopesan las medidas de ahorro con la calidad del servicio?
“El MINTUR tiene la encomienda de realizar acciones que tributen al ahorro energético pero sin sacrificar los estándares de calidad, protegiendo siempre al cliente».
«Por ejemplo, existe total garantía de los transfer de entrada y salida desde y hacia los aeropuertos y de circuito; se mantienen las operaciones del campismo y gracias al esfuerzo de los trabajadores de Servisa y al reacomodo de los horarios de lavado y planchado, no se afecta la entrega de la lencería a los hoteles».
“Con la participación de todos, unidos administración y sindicato, se apuesta por la excelencia en la atención a quienes nos visitan y se refuerza la profesionalidad en cada puesto, lo que se traduce en satisfacción del cliente, un indicador que medimos con la aplicación de encuestas especializadas y que en nuestro polo arroja un índice de 4.43 en una escala de 5 puntos».
“También en materia de ingreso los empeños tributan a buenos resultados, con ingresos, hasta el cierre de agosto, en el orden del 105 % del plan y utilidades en el rango del 98 por ciento».
“Es innegable que el recrudecimiento del bloqueo nos limita, pero sin duda, como en el resto de los sectores del país, la voluntad es enfrentarlo y anteponer talento y trabajo para vencer”.
