La esgrima cubana tiene bien interiorizado que no existen atajos hacia la victoria. Los éxitos solo se comienzan a seducir escudados en una faena sólida, donde el adiestramiento es pieza fundamental. El 2018 lo reflejó y el presente año igualmente dejó notas reveladoras.
“El 2019 podemos catalogarlo de bien. Los Juegos Panamericanos de Lima fueron una prueba difícil, pero se cumplió. Nuestros atletas se comportaron a gran altura. ¿Sus armas? Constancia y unidad», afirmó Alhjadis Bandera, Presidente de la Federación Cubana.
“El trabajo se realizó por fases, en el entrenamiento y las competencias preparatorias. Ahí se concretaron partes de las medallas ganadas en Perú. El resto de la labor, combinada con valentía e inteligencia, se gestó en la lid”.
A pesar de la buena faena hay mucho todavía por mejorar. “Los avances son evidentes. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Barranquilla los objetivos fueron superados (7 oros) y en tierra peruana dijimos presente con solidez (una de oro, una de plata y dos de bronce). Aun así hay que continuar esforzándose, mejorando el trabajo táctico y la disciplina. Son aspectos vitales a los que se les da prioridad”.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 están en la mirilla de varias disciplinas en casa. Nuestros aceros añoran desafiar a los mejores del mundo. “Estos Juegos son la parte final de un ciclo de esfuerzos. En Río de Janeiro 2016 participamos con un atleta, pero para la cita en Japón tenemos la intención de regresar y soñamos con mejorar ese número», aseveró.
Tres años pueden ser termómetro para apreciar ciertos elementos de importancia al más alto nivel. Del 2017 a la fecha la esgrima nacional tiene razones para festejar.
“Podemos legitimar el avance en todas las armas. En Barranquilla fuera de todo pronóstico el florete alcanzó notas formidables. El sable igualmente hizo su aporte. Los mejores saldos en Lima los logró la Espada, aunque el sable volvió a marcar. Todo esto demuestra los progresos. Hemos trazado metas ambiciosas, la idea es continuar este ritmo, unidos y siendo consecuentes con la línea trazada”, certificó.
El presente y futuro se labra en la base. A pesar de las siempre dañinas carencias el trabajo no se detiene. “No es un secreto que la falta de armamentos nos golpea. Ello nos impide brindarle al deporte en la base los implementos necesarios. Sin embargo, con la inventiva de los entrenadores y haciendo hincapié en una sólida preparación física y técnica tratamos de suplir las dificultades” dijo el también comisionado nacional.