Yowlys Bonne (61 kg) no carburó a discreción y quedó fuera del podio del Campeonato Mundial de Luchas que finalizó este domingo en la ciudad de Nur Sultán, de Kazajistán. Su actuación, la última de la comitiva cubana, dejó en cero el número de preseas y boletos olímpicos en la modalidad libre.
En definitiva el titular de la pasada versión en Hungría 2018, patinó en octavos de final frente el azerí Akhmednabi Gvarzatilov (0-7). Antes Yurieski Torreblanca (86 kg) avanzó un poco más, pero finalmente quedó en la camino. Geandry Garzón (74 kg) y Alejandro Valdés (65 kg) también encallaron en sus pronósticos en días previos.
La selección caribeña asistió a la lid con 12 integrantes. Cuatro en cada estilo (incluyendo las chicas) y solo sacó dos preseas e igual número de pasaportes a Tokio 2020. Los premiados fueron los greguistas Ismael Borrero (67 kg) y Oscar Pino (130 kg). Este último defendió el puesto del formidable Mijaín López, quien buscará en la tierra del Sol naciente su cuarto metal dorado.
Un primer análisis indica que la actuación podría haber sido superior, sin embargo, si nos atenemos al nivel de la contienda y a que los antillanos tuvieron como principal compromiso los Juegos de Lima 2019, la nota del examen tendría varias acotaciones de interés.
Una de las llamativas, la necesidad de combatir sistemáticamente con gladiadores de Europa y Asia, lo cual mejoraría la capacidad técnica y táctica. Ello sin olvidar que algunos de nuestros representantes (los grequistas Gregorich y Rosillo) son muy jóvenes, y a pesar de su capacidad carecen de la experiencia que se precisa al más alto nivel.
Cuba goza de un reconocido prestigio en la lucha. La escoltan un buen número de preseas en citas planetarias y algunas olímpicas. Lo que resta del año y el próximo servirá para mejorar y pulir detalles. La meta final, lograr el mayor número de boletos posibles rumbo a la capital nipona en 2020.