Una de las acepciones que recoge el diccionario sobre la palabra rémora es un obstáculo físico o inmaterial que impide o dificulta un proceso, un proyecto o una acción.
Bien podría denominarse así al bloqueo económico, comercial y financiero que ha impuesto Estados Unidos sobre Cuba durante décadas, que impide a los ciudadanos de este país desenvolverse libremente.
Algunos podrían preguntarse si el término tiene algo que ver con el pez del mismo nombre que se pega a otros animales marinos de mayor tamaño para trasladarse y alimentarse. Sí se vincula porque en muchas ocasiones no se trata de una sola rémora la que se fija al hospedero, sino muchas al mismo tiempo que se convierten en un verdadero estorbo.
Y esta comparación le viene como anillo al dedo al bloqueo, que se hizo oficial mediante la orden ejecutiva firmada por el entonces presidente Kennedy, el 7 de febrero de 1962, a la cual se sumó todo un andamiaje de decisiones que se le han “pegado”• para convertirse en el principal obstáculo para el desarrollo de la Mayor de las Antillas.
Y precisamente para eso han sido concebidas. No hay que olvidar el memorándum secreto fechado el 5 de abril de 1960 del Subsecretario Asistente para Asuntos Interamericanos, Lester D. Mallory que señalaba: «La mayoría de los cubanos apoya a Castro (…) el único modo previsible de restarle apoyo interno es a través del desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales(…) hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba(…) una línea de acción que, aun siendo la más mañosa y discreta posible, logre los mayores avances en privar a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar el hambre, la desesperación y el derrocamiento del Gobierno».
Un aventajado discípulo de esta política es el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, quien está empeñado en aplicar cualquier medida que complique la vida a los cubanos, borrando de un plumazo los discretos avances que se habían obtenido en las relaciones bilaterales y apretando las tuercas en todos los sentidos posibles, haciendo una salvedad recientemente en cuanto al acceso a recursos financieros si estos van dirigidos al sector privado, como si los trabajadores no estatales fueran entes independientes del modelo económico cubano y estuviesen dispuestos a actuar en bloque como una quinta columna contra el socialismo en la Mayor de las Antillas.
“A través de estas enmiendas regulatorias, el Tesoro está negando el acceso de Cuba a las divisas y estamos frenando el mal comportamiento del Gobierno cubano mientras continuamos apoyando al pueblo de Cuba que tanto sufre”, fueron las cínicas declaraciones del secretario del Tesoro Steven Mnuchin.
De esta manera el mandatario va enriqueciendo el inventario de medidas agresivas que a modo de compleja madeja legal sustentan el bloqueo.
Inventario de rémoras
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …