Todas las empresas y entidades de la provincia de Santiago de Cuba adoptan por estos días medidas de ahorro, a tono con la situación coyuntural que vive el país con la disponibilidad energética.
Las medidas aplicadas en el suroriental territorio santiaguero están en consonancia con las anunciadas por los organismos de la administración central del Estado en reciente reunión del Consejo de Ministros.
De tal modo, se reacomodan horarios de labores, se impulsa el trabajo a distancia, se aplazan eventos de todo tipos, se reacomodan actividades docentes, se ahorra energía eléctrica, entre otras acciones.
De igual forma, y en el afán por lograr un uso más racional y óptimo del combustible, y muy especialmente evitar el desvío de tan importante recurso, se refuerza el papel del control.
Dicho control va más allá del que debe ejercer la administración, pues en tiempos como los que vivimos la supervisión de lo que se gasta en cada centro laboral no puede serle ajena a nadie.
Las organizaciones que en estos espacios existen asumen un rol de fiscalización con el Sindicato como paladín, en tanto representante y movilizador de las fuerzas productivas.
Las estructuras sindicales son voz y oído de cada trabajador y velan porque el muy escaso combustible asignado a los vehículos de que dispone el centro se emplee en las tareas que reporten mayores beneficios al propio colectivo.
Es ese un llamado que parte de las máximas estructuras de la CTC en la provincia de Santiago de Cuba y de cada uno de los Sindicatos del territorio.
Las asambleas sindicales son el escenario ideal para ese ejercicio de control de los recursos, pero más allá también vale la alerta oportuna o la denuncia a tiempo.
Como nunca antes , esta situación coyuntural propicia aferrarse a la máxima de ser dueños de los medios de producción, y como dueños al fin y al cabo cuidar cada litro de diesel o gasolina como si fuera propio.
