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Hilar y tejer el acomodo de carga

La textilera Desembarco del Granma y la empresa textil Sarex, ambas de Villa Clara,  echaron mano a ideas concebidas y experimentadas en disímiles contingencias y necesarias en esta crisis coyuntural energética: desplazar el horario laboral a jornadas fuera del pico eléctrico nacional y apagar equipos altos consumidores, con lo que aplanan la demanda en el momento crucial de la generación, además de posponer producciones menos urgentes, sin afectar a los trabajadores al reubicarlos en otros puestos.

La textilera mantiene el suministro de gasa quirúrgica, vital para la salud pública del país. fotos: Periódico Vanguardia

En la textilera

Un joven silba una melodía en medio del taller: “A pesar de las dificultades soy optimista”,  afirma  mientras produce gasa quirúrgica en su máquina de hilar. Nada entorpecía su faena aunque el compresor de aire acababa de apagarse.

“En el horario del mediodía es una de las medidas puntuales que se toman en la entidad para paliar la situación. Es un poco más engorroso trabajar sin el equipo porque la aspersión de la hilacha es importante, pero puede producirse sin ese proceder por algunas horas sin perjudicar el proceso”, aseguró y continuó silbando.

Una tejedora refirió: “Estamos trabajando un solo turno, no obstante se buscan variantes para crear otro. Hemos decidido dar el máximo para mantener el renglón con estabilidad y cumplir con el Ministerio de Salud Pública”.

La ingeniera María de los Ángeles García Hernández, directora técnica de Mantenimiento y Máster en Eficiencia Energética, corrobora esa idea: “Se trata de organizar un segundo turno de doce  de la noche a seis  de la mañana para desplazar la producción hacia los horarios de menor consumo energético del país;  esto implicó reajustar el personal  y formar una brigada con trabajadores que viven en las inmediaciones de la fábrica. Ya está concebida. Solo nos falta crear algunas condiciones”, puntualizó.

Especificó que desde el pasado mes de agosto la entidad había ensayado medidas de ahorro, no al extremo de ahora, si bien ante las primeras afectaciones de la planta de acabado se reguló su funcionamiento, la fábrica de hilo de coser detuvo su producción desde el 12 de septiembre y sus trabajadores fueron reubicados en diversas labores. Los equipos altos consumidores que no definen los niveles de producción se paralizan en momentos puntuales para disminuir el consumo en el horario pico.

“En un turno de trabajo se producen diariamente 32 mil metros de la gasa quirúrgica, y con estas medidas, de 20 mil kW.h,  que se consumían diariamente, se bajó a 8 mil kW.h, lo que implica que se dejan de consumir 12 mil kW.h; y muy importante, la máxima demanda bajó de mil 700 kW que se consumían los primeros días de septiembre a 700 kW, lo  que indica que la textil dejó 1 000 kW liberados para ser usados en el sistema energético nacional”.

Sarex

Sarex desplazó sus labores del horario pico, continúa produciendo sacos de polipropileno, imprescindibles para el almacenamiento de productos, y las frazadas de piso, renglones que sustituyen importaciones. Foto: Periódico Vanguardia

El reacomodo del recurso humano ha sido un elemento primordial en esta entidad. “Desde agosto se ajustó el sistema productivo a las asignaciones de combustible que se iban regulando, por lo que se eliminó uno de los tres turnos de trabajo, en particular aquel que requería trasladar personal, con lo que se disminuyó en un 50 % el transporte obrero”, explicó  Ángel Javier Acosta Ruiz, director general de la empresa textil Luis A. Turcios Lima, Sarex, que produce sacos de polipropileno y frazadas de piso.

Aclaró, que con medidas organizativas en  esos dos turnos se mantienen los ritmos promedio de producción y no se afecta a los demás operarios porque fueron reubicados en otros talleres con déficit de fuerza laboral.

Aunque en el momento actual Sarex  tiene autorización para trabajar en los picos eléctricos, y posee un equipo de producción continua y altamente consumidor, la extrusora (en 24 horas consume 6,5 MW), que  solo puede parar por mantenimientos, se montó una estrategia para evadir o minimizar el consumo en esos horarios.

El licenciado Haikel Acea Consuegra, especialista energético,   manifestó que el reacomodo de cargas fue una de las acciones implementadas. “Se iniciaron turnos de trabajo de once de la noche a siete  de la mañana, y otro desde esa hora hasta las tres de la tarde. En los horarios de mayor demanda del país se paraliza el trabajo de oficina y se baja la velocidad de la extrusora. Ello  permite que se deje de consumir 1 MW, acumulativamente son 20 MW mensuales”, acotó.

“Además se decidió trabajar en campaña, lo que significa aumentar procesos en una semana ininterrumpidamente para poder paralizar la extrusora tres días en la siguiente. El personal pasa a trabajar en otros procesos en el área de tejeduría, se acumula materia prima y se ahorra energía eléctrica”.

Asimismo, declaró que los demás equipos altos consumidores como el batán, principal  para elaborar frazadas de piso, se pone en marcha de once de la noche hasta las siete de la mañana para mantener ese renglón que sustituye importaciones, y se desplazaron  hacia la madrugada las operaciones de la recicladora y la impresora de sacos.

Las medidas implementadas tanto en la textilera como en Sarex fueron colegiadas, y se tuvieron en cuenta los criterios de los trabajadores, quienes aportaron ideas.

En tal sentido el buró sindical de cada colectivo estuvo activo en la toma de decisiones.

Ambas empresas, pertenecientes al grupo empresarial Gempil, del Ministerio de Industrias,  han demostrado creatividad e iniciativa ante situaciones excepcionales. Sus directivos y trabajadores aseguran que pueden continuar implementando medidas para mantener la vitalidad de las fábricas, y ante los obstáculos no parar, sino seguir hilando y tejiendo.

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