Por números y sensaciones la lucha cubana es capaz de abrazar los retos más complicados. El más cercano, el Campeonato Mundial, que tendrá como sede a partir del 14 del actual mes a Astana, capital de Kazajistán.
Luego de ventilar sin alardes pero con eficacia esa batalla que fue los Juegos Panamericanos de Lima 2019, los criollos continuaron afilándose en casa para sumir un reto que tendrá como mayor premio, al margen de las preseas, la clasificación de los seis primeros de cada división rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Recientemente la Federación Internacional de este deporte anunció que cerca de 1 000 competidores de casi 40 países, incluyendo un buen número de medallistas olímpicos, estarán en suelo kazajo en busca de un botín apetecible y complicado.
La formación patria que incursionará en la contienda es fuerte, experimentada y talentosa. Una de sus mayores virtudes es que nunca les asusta el libro de ruta de la competencia, factor clave si se aspira a metas cada vez más ambiciosas.
En el estilo clásico irrumpirán Ismael Borrero (67 kg), campeón olímpico de Río de Janeiro 2016, Oscar Pino (130 kg), varias veces inquilino del podio mundial, Daniel Grégorich (87 kg), y Gabriel Rosillo (97 kg), dueño del cetro universal juvenil y sensación de la pasada cita continental peruana.
Las damas contarán con la pólvora de superación que acuñan Lianna Montero (53 kg),Yudaris Sánchez (68 kg), titular del orbe sub 23, Milaymis de la Caridad Marín Potrillé (76 kg), campeona olímpica de la juventud y Yusneylis Guzmán (50 kg), segunda en Lima 2019.
Los libristas confiarán en las corazas de Yowlys Bonne (61 kg), actual titular mundial, Geandry Garzón (74 kg) y Alejandro Valdés (65 kg), dueños de premios en citas planetarias, y Yurieski Torreblanca (86 kg), dueño del cetro en la contienda que se desarrolló en Perú.
A partir del 14 de septiembre la lucha cubana tratará de extender su brava historia. Armas tienen para ello. Las notas finales nos llegarán el 22 del propio mes.
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