La campaña 59 de la pelota cubana llegó a la justa mitad del calendario y a cada conjunto le van quedando apenas siete enfrentamientos particulares para colarse entre los cuatro punteros con clasificación directa a la siguiente fase o para aspirar a la ronda de comodines en caso de anclar del quinto al octavo.
Contra viento y marea, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Camagüey han navegado en el trío de avanzada por encima de los llamados “equipos establecidos o machos”, al tiempo que otra tríada: Holguín, Mayabeque y Guantánamo parecen ya destinados a ser las formaciones atravesadas, pero sin opciones a prender sus estadios en la segunda vuelta.
Dicho así significa que todavía hay 13 elencos luchando por ocho plazas. Y eso es estimulante, aunque los números siguen inflados en cuanto a la ofensiva (294 average), los cuerpos de lanzadores permiten más de 4 carreras limpias por juego (excepto Santiago de Cuba: 3,73) y el fildeo sigue siendo la asignatura pendiente para asegurar éxitos con 971 de promedio defensivo y apenas Las Tunas y Matanzas por encima de ese desempeño con 984 y 983, respectivamente.
Un total de 18 barridas (Guantánamo es el que más ha sufrido con cinco y Santiago de Cuba el más feliz con cuatro propinadas), la alta efectividad de los matanceros a la hora de robar bases (14 en 17 intentos), una inusual producción de cuadrangulares sin hombres en bases (126 de los 262 pegados), son también huellas colectivas que van marcando los primeros 24 desafíos para cada escuadra.
En lo que respecta a las individualidades, el regreso de algunos nombres que jugaron béisbol profesional también ha venido dando un mejor sabor al espectáculo sin defraudar en cuanto al salto de calidad que aportan a sus compañeros, así como en los aspectos físicos y técnicos dentro de un terreno de pelota.
Los casos del cienfueguero devenido matancero Erisbel Arruebarruena (375 AVE/493 OBP/ 1279 OPS/7 HR), el capitalino Lisbán Correa (449/ 583/ 1378/ 7), el sureño Pavel Quesada (440/577/1277/4) o el camagüeyano Leslie Anderson (378/508/930/0) son quizás de los más seguidos por la afición, sin olvidar al lanzador tunero Carlos Juan Viera (2G-2P/ 4,72 pcl y 35 ponches en 34,1 inning).
Por supuesto, en cuanto a figuras establecidas, Yordanis Samón, Alexander Ayala, Frederich Cepeda, Raúl González, Dachel Duquesne, Ulfrido García, Yaifredo Domínguez, por solo mencionar algunos, han mostrado credenciales de un rendimiento superior, en función de ser tomados en cuenta para la convocatoria al conjunto del Premier 12, el primer torneo que repartirá cupos olímpicos en noviembre.
Termina una primera fase también en que los actuales campeones, Las Tunas, han asomado su corona a ratos sin destellos ni fijador. Los subtitulares de Villa Clara eslabonaron una racha adversa de ocho fracasos en línea que ni el más aventurado pronóstico adelantó. Finalmente dos felinos, los Leones de Industriales y los Tigres de Ciego de Ávila, lucen intermitentes en cuanto a estabilidad de sus rendimientos, en especial por un pitcheo relevista que hace aguas.
¿Podrá Cienfuegos mantener este paso, que viene consolidando desde la categoría sub 23? ¿Carlos Martí hará de Granma otro aspirante a monarca, a partir de un renacer de su caballo de batalla, Lázaro Blanco? ¿Podrán Miguel Borroto y Armando Ferrer imprimir de nuevo a Camagüey y Matanzas, respectivamente, los sellos de imprescindibles en la pelota cubana? ¿Urquiola, paso a paso, fumará de felicidad con sus vegueros pinareños?
Todas esas preguntas y más se irán despejando por el camino.