Por Juan Dufflar Amel y Yimel Díaz Malmierca
La Habana y Teherán conmemoraron en agosto de este año el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas. A propósito del acontecimiento y de su reciente designación, Trabajadores conversó con Rashid Bayat Mokhtari, embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Islámica de Irán en Cuba.
¿Qué factores han sido determinantes en el desarrollo y fortalecimiento de la amistad, solidaridad y colaboración entre ambas naciones?
“Nuestros dos países, amigos y hermanos, si bien desde el punto de vista geográfico se encuentran en puntos opuestos del planeta y con condiciones naturales muy diferentes, están unidos por extensos y profundos lazos.
“Los procesos revolucionarios antiimperialistas de ambas naciones, alcanzaron la victoria en la segunda mitad del siglo XX y han sido muy similares en varios aspectos. Entre los principales objetivos estaba la lucha contra el monopolio imperialista y la opresión a las masas populares, así como la búsqueda de independencia y libertad, no solo para sus propios pueblos, sino para todas las naciones del mundo. Esas razones han constituido el factor principal de los lazos de amistad y colaboración existente entre los dos países a lo largo de cuatro décadas”.
¿Cómo se manifiestan esos vínculos en el escenario internacional?
“Durante los últimos 40 años, Irán y Cuba han permanecido unidos en temas y eventos internacionales, apoyándose el uno al otro en defensa de la razón y la justicia, actuando de manera conjunta contra los esfuerzos de los Estados Unidos de América, y sus aliados, para dominar el mundo, crear un orden unipolar, pisotear el derecho internacional, interferir en los sistemas políticos para cambiar Gobiernos, así como para imponer sanciones unilaterales e ilegales contra los Estados soberanos.
“Entre los más claros ejemplos de esta colaboración en el escenario mundial podemos citar la que tiene lugar en el contexto de la Organización de Naciones Unidas y en el Movimiento de Países No Alineados. También la relacionada con el reconocimiento del derecho del pueblo palestino a tomar las riendas de su destino; el apoyo al Gobierno legítimo de Venezuela; la potestad de Irán a hacer uso pacífico de la energía nuclear; y el repudio al recrudecimiento de las sanciones de EE.UU. contra estas dos últimas naciones”.
¿Qué nivel de desarrollo ha alcanzado la cooperación económica bilateral y cuáles son sus perspectivas?
“Como embajador de Irán en Cuba debo decir, con franqueza, que el nivel de las relaciones económicas no ha estado a la altura del buen nivel de las relaciones políticas. Debemos hacer un mayor esfuerzo por fortalecerlas y promoverlas.
“Hasta el momento ambas naciones han mantenido una buena colaboración en el ámbito científico. Se ha posibilitado el intercambio de las capacidades de Cuba en la esfera de la biotecnología y las de Irán en la esfera de la nanotecnología, con lo cual ambas partes han salido beneficiadas; pero en lo que respecta al comercio y al intercambio de mercancías y servicios, existen capacidades aún no aprovechadas.
“Por ejemplo, ¿por qué si Irán necesita importar mercancías como azúcar, níquel, entre otras, debe adquirirlas en naciones que no tienen el mismo nivel de relaciones que existe con Cuba? ¿Por qué en ocasiones el beneficio de ese comercio tiene que ir a parar a los bolsillos de personas que no han acompañado a Irán de la manera en que lo ha hecho Cuba?
“Mi país podría cubrir parte importante de las necesidades de Cuba en cuanto a bienes de consumo, servicios técnicos e ingenieros y generación de energía. Cabe destacar que en los últimos años se han realizado varios esfuerzos en este sentido pero se han detenido por diversos motivos.
“En las últimas cuatro décadas se han celebrado diecisiete ediciones de la Comisión Mixta Intergubernamental para la Colaboración Económica y Científico-Técnica, las cuales posibilitaron la firma de numerosos acuerdos que deberían propiciar, además, la materialización de una relación comercial meritoria”.
¿Cómo valora las relaciones actuales en otros ámbitos?
“Cuba e Irán, gracias a su soberanía política y a la masificación de la educación en los años que sucedieron al triunfo de sus revoluciones, han logrado acceder a notables capacidades científicas que han sorprendido a otros países del mundo.
“El potencial cubano en biotecnología es reconocido a nivel mundial y ha logrado ser competitiva a nivel global. Irán, como resultado de esa cooperación con Cuba, logró frenar la epidemia de la Hepatitis B en su territorio y la colaboración en este sector aún se mantiene.
“Por otra parte, el desarrollo de las nano-ciencias en Irán ha sido igualmente asombroso. Actualmente se le ubica entre los países más avanzados del mundo en este campo. Otras industrias iraníes como la farmacéutica, la siderúrgica y la automovilística, también han adquirido un notable desarrollo.
“Irán ha asistido a Cuba en la esfera de la nanotecnología y actualmente se ejecutan acciones de colaboración en el sector farmacéutico. Sin embargo, lo que resulta sorprendente es que a pesar de la presencia de Irán en ámbitos tales como la fabricación de automóviles y la construcción de fábricas para diferentes esferas como la industria láctea o las energías limpias, aún cabe preguntarse por qué todavía no hemos logrado proyectar esas capacidades en Cuba.
“En la esfera cultural ambas naciones cuentan con un gran potencial. En manifestaciones de la cultura como literatura, música y cine, los dos países son considerados polos culturales en sus respectivas regiones e incluso en el mundo, por lo tanto, existe mucho campo para el intercambio de profesores y estudiantes, la celebración de conciertos, círculos literarios y poéticos, y otras actividades de este tipo.
“Asimismo, el turismo tiene un gran peso cultural y económico en ambas naciones. Es necesario intercambiar potencialidades para la captación de turistas y la creación de grupos de documentalistas para presentar al mundo la cultura, civilización y el turismo de nuestras dos naciones.
“En cuanto al deporte, coincidimos en la alta competitividad mundial en modalidades como el voleibol y la lucha, sin embargo en otras especialidades podríamos ayudarnos mutuamente. Teherán podría aprovechar las potencialidades de la isla en disciplinas como el boxeo o el atletismo y Cuba, la superioridad persa en fútbol, levantamiento de pesas y artes marciales. Esto es algo que puede llevarse a cabo mediante el intercambio de instructores, la celebración de campos de entrenamiento en ambos países, el intercambios de equipos.”
¿Qué ha significado para Usted su designación como nuevo Embajador de Irán en Cuba?
“Hace cuatro décadas, cuando como otros jóvenes revolucionarios participaba en aquellas manifestaciones en las calles de Irán que conllevaron al derrocamiento de la dictadura Pahlevi, siempre estuve influenciado por la experiencia de la Revolución Cubana y de figuras revolucionarias como el comandante Fidel y el compañero Che Guevara.
“Si en aquellos momentos alguien me hubiese dicho que un día yo sería el embajador de la Irán revolucionaria en la Cuba revolucionaria lo hubiese visto como un sueño irrealizable. Sin embargo, ahora, cuarenta años después, ese sueño se ha cumplido y siento un gran orgullo por esta designación.
“Pondré todo mi empeño para que al final de mi misión en este país, hermoso, tranquilo y pacífico, con un pueblo noble y generoso, pueda afirmar que, hasta donde me fue posible, he saldado mi deuda con los dos países”.