Ramón Paz Borroto fue un convencido sindicalista. Así lo prueban dos hechos por él protagonizados. El primero, cuando entre 1940 y 1944, durante el primer gobierno de Fulgencio Batista Zaldívar, cuando trabajaba como mecánico en el central América Libre —rebautizado con el mismo nombre, después del triunfo de la Revolución—, trató de organizar el sindicato. Su tentativa se vio frustrada porque el propietario lo expulsó del centro.
Paz Borroto retornó a Morón, entonces perteneciente a la provincia de Camagüey, donde había nacido el 31 de agosto de 1924, entorno que aún niño abandonó para convivir con unos tíos en el citado central. No tardó mucho en trasladarse a La Habana; allí estableció contacto con el grupo que organizaba la expedición de Cayo Confites, cuyo objetivo era derrocar al tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo, pero no pudo enrolarse en ella.
En 1948, ya casado, estableció su hogar en una colonia del central Santa Marta, en el camagüeyano territorio de Santa Cruz del Sur. Durante varios años manejó un camión, hasta que consiguió trabajo como mecánico en las orientales minas de Charco Redondo, donde los trabajadores eran explotados, en detrimento tanto de sus fuerzas físicas como de su salud, a causa de las difíciles condiciones de trabajo bajo tierra.
En busca de un medio que los defendiera, por lo que Paz Borroto se propuso crear una organización sindical.
Bajo la guía de Frank País
En 1955, tras la liberación de Fidel Castro Ruz y los jóvenes que le acompañaron en las acciones del 26 de julio de 1953 contra los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en las orientales ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, el 12 de junio quedó fundado el Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7). Incorporado de lleno a la lucha Frank País García se dedicó a crear la nueva organización en la entonces provincia de Oriente. Tras contactar con él, Ramón Paz se incorporó al Movimiento y trató de reclutar militantes entre los mineros. Frank lo situó al frente en Charco Redondo, y en ese desempeño mantuvo activa relación con las células de Santa Rita, Jiguaní, Baire y Guisa.
En la Sierra con Fidel
Por su intenso quehacer revolucionario guardó prisión hasta el 14 de febrero de 1957, cuando fue puesto en libertad. Mas los esbirros del régimen continuaron persiguiéndolo y el 15 de agosto de 1957, armado con una pistola que le había regalado Frank, marchó hacia la Comandancia de La Plata, donde quedó bajo el mando de Fidel.
Pruebas de su valentía y arrojo ofreció en diversos encuentros, escaramuzas y combates, especialmente en el período mayo-julio de 1958, durante el rechazo a la Ofensiva de Verano de la tiranía contra las fuerzas rebeldes en la Sierra Maestra. El día 19 de ese último mes, ya capitán, recibió del Comandante en Jefe Fidel Castro, una nota en la cual le expresaba: “(…) no tienes que decirme lo que yo sé sobradamente de tu valor y capacidad de lucha y de mando, porque lo has sabido probar muchas veces”.
El 28 de julio la tropa del capitán Paz Borroto ocupó unas pequeñas alturas al norte del punto donde confluyen el arroyo Providencia y el río Yara. Era el cuarto y último día de la segunda batalla de Santo Domingo, donde una vez más el Ejército Rebelde resultó victorioso.
Para asegurarse una mejor posición, Paz y otros dos combatientes avanzaron unos metros más arriba, sin percatarse de que a sus espaldas, en la altura de Piades, se encontraban efectivos del batallón 22 del ejército enemigo que habían acudido en auxilio del batallón 11, empeñado en salir del constante hostigamiento de que era objeto. Poco después, el fuego enemigo puso fin a la vida del aguerrido capitán y del teniente Manuel Fernández Chávez.
Para Ramón Paz Borroto el sindicato constituía una vía para la defensa de los intereses de los trabajadores, de los cuales formaba parte, y la lucha armada la única forma de conquistar un derecho del pueblo: la libertad. No pocos elogios y reconocimientos mereció del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien el 19 de julio de 1981, al dejar inaugurado el campamento de pioneros exploradores en Santo Domingo, municipio Bartolomé Masó, dijo que fue “(…) un obrero minero y un excelente soldado (…) muy valiente, actor de numerosas proezas en los combates de la ofensiva (…)”.