Tokio.- Hace cinco años nos atrevimos a publicar diez hitos de Cuba en la historia de los campeonatos mundiales. Entonces, no pocas curiosidades y nombres se quedaron fuera por la lógica decantación de una selección cerrada. Hoy, desde la capital mundial del judo, y en medio de la celebración de la 38 edición de estos certámenes proponemos otra mirada más amplia sin desconocer aquellos que marcaron un punto de partida o siguen siendo históricos e inolvidables.
Héctor y Estela, los primeros
En la impresionante y cómoda Suiza, el 24 de junio de 1973, el judoca imán, Héctor Rodríguez (63 kg) conquistó la primera presea para Cuba en citas del orbe, tras sacar un bronce en la misma división donde tres años más tarde levantaría el título olímpico en Montreal. Por su gran ejemplo e historial, fue el primer judoca cubano exaltado al Salón de la Fama de la Federación Internacional en el 2013.
Una mujer toda sonrisa y carisma, así como imponentes condiciones físicas para este deporte, la santiaguera Estela Rodríguez, fue también la pionera en ganar un título mundial de judo para Cuba. Lo hizo en la categoría Libre durante el certamen celebrado en Belgrado 1989, en el cual también Maritza Pérez logró la primera presea de la selección femenina con bronce en 52 kilos.
Dos cetros por delante los creadores
Ante el asombro de muchos, en especial de los creadores de este arte marcial, nuestra selección femenina finalizó en primer lugar (2-1-4) por naciones en el campeonato mundial de 1995, efectuado en la ciudad japonesa de Makuhari, donde destronaron al conjunto anfitrión, algo sin precedentes en la historia de esta disciplina.
Exactamente diez años más tarde, en la capital egipcia, El Cairo, otra vez el equipo que dirigía el profesor Ronaldo Veitía se impuso en el apartado para damas con dos títulos a la cuenta de Yanet Bermoy (48 kg) y Yurisel Laborde (78 kg). No hay otra nación que haya podido hacer esto en el transcurso de 37 lides anteriores.
Driulis, Poulot y Arencibia, ¡tres para respetar!
Desde que alcanzó su primera medalla (bronce) el 2 de octubre de 1993 hasta el tercer título conseguido el 14 de septiembre del 2007, la guantanamera Driulis González escribió una historia en lides universales de siete medallas (3-2-2) en tres divisiones diferentes (56 kg, 57 kg y 63 kg), que la convirtieron entonces en la primera judoca cubana y de América con más coronas y preseas en estas lides universales. Fue reconocida en el 2015 con la entrada al Salón de la Fama de la Federación Internacional.
Entre los hombres, Manolo Poulot (60 kg) aportó en la cita universal de Birmigham 1999 la primera dorada para un conjunto varonil cubano, e
n su rama varonil, el primer título en Birmingham, antesala de su bronce olímpico en Sídney 2000.
Otro ilustre, Yordanis Arencibia, comenzaba en esa propia cita británica una estela de podios que no concluirían hasta la plata en 73 kilogramos de Río de Janeiro 2007, lo cual lo convirtió en el máximo ganador de preseas del equipo masculino cubano con cuatro: una plata y tres bronces.
De siete, siete en Munich 2001
La actuación perfecta de nuestra selección femenina en la versión de Munich 2001 también merece nota sobresaliente, pues excepto Japón nadie más ha podido registrar tal faena. Las siete competidoras regresaron a casa con preseas: oro (Yurisleidis Lupetey 57 kg), plata (Yurisel Laborde 78 kg) y cinco bronces (Danieska Carrión (48 kg), Legna Verdecia (52 kg), Anaisis Hernández (63 kg), Regla Leyén Zulueta (78 kg) y Daima Beltrán (+78)
La quinta potencia del mundo
Sin los recursos millonarios para practicar este deporte y con un número de practicante bien inferior al de las grandes potencias, Cuba es el quinto país con más medallas (77) y títulos (18) en la historia de los mundiales. Solo la anteceden cantidad de podios Japón (339), Francia (157), Korea (93) y Holanda (79); mientras que en cuanto a campeones la aventajan Japón (143), Francia (51), Korea (29) y China (20).
Para completar lo anterior, nuestras muchachas han cosechado títulos en todas las divisiones 48, 52, 57, 63, 70, 78 y +78, siendo esta última (si sumamos la desaparecida categoría abierta) la de mayor cantidad de oros con cinco. En el caso de hombres, hemos tenido monarcas en 60 kg y 90 kg (Asley González), pero medallistas en 66, 81, 100, +100, libre, y 95, estas dos últimas ya no existentes.
De jóvenes y veteranos
La talentosa cienfueguera Yanet Bermoy se convirtió en la cubana que con menos edad acarició una corona mundial en este arte marcial, al lograrlo con apenas 18 años y 105 días. Como dato adicional es la cuarta más joven en el mundo en titularse, solo antecedida por la ucraniana Daria Bilodid (17 años y 345 días), Ryoko Tani Tamura (18 y 27) y Uta Abe (18 y 69).
En la cara opuesta, es decir la cubana que con más edad en estas lides ha escalado lo más alto del podio, se llama Driulis González, quien a los 33 años visitó de dorado en Río de Janeiro 2007, aunque con 22 y 26 había disfrutado sus dos diademas anteriores. Otra veterana, Amarilis Savón, lo hizo en los 52 kilogramos de la edición del 2003, celebrada en Osaka, cuando le faltaban unos días para llegar a las tres décadas de vida.
Idalis Ortiz, un fenómeno
Desde su irrupción en la escena mundialista con bronce del 2009, la más encumbrada de nuestras judocas en la última década no ha dejado de sorprender. Es la de mayor cantidad de medallas en lides del orbe en su división (+78 kg) con seis (2-1-3) y la segunda en cuanto a títulos, solo superada por los cuatro de la china Wen Tong.
Como si fuera poco, al sumar un séptimo metal de bronce en la categoría libre del mundial de Marruecos 2017, Ortiz llega a siete metales universales, algo que en Cuba solo archiva hasta este minuto Driulis González. ¿Podrá la campeona olímpica de Londres 2012 borrar el empate e intentar su octava presea desde Tokío? Parece que sí.
Con más curiosidades de Cuba en campeonatos mundiales volveremos en próximos trabajos.