Demasiado quehacer ha dado el dengue en las últimas cuatro décadas en la región de las Américas, de ahí la importancia de prestarle hoy a esta enfermedad la atención que merece. La vigencia del tema nos llevó al doctor Osvaldo Castro Peraza, jefe del servicio de Medicina del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, quien recomendó permanecer alertas ante los síntomas y signos que aparezcan.
El dengue integra el grupo de los llamados arbovirus emergentes* —aquellos transmitidos por artrópodos, fundamentalmente por el mosquito Aedes aegypti—, que constituyen emergencias potenciales para la salud pública mundial.
Sobre el diagnóstico, la prevención, las experiencias acumuladas en el tratamiento del dengue y las consecuencias que este puede traer para la salud humana, dialogamos con el especialista.
¿Cuáles son los principales síntomas y cómo se detectan?
El dengue es una enfermedad de breve duración, que se presenta con fiebre entre 3 a 5 días, en una primera etapa, pero también se acompaña de dolores de cabeza, detrás de los ojos, en la espalda, musculares, y trastornos en el gusto, falta de apetito, náuseas y un exantema o erupción en la piel.
Eso es lo típico en la mayoría de las personas. Sin embargo, a partir del tercer o cuarto día cuando desaparece el estado febril (esto es muy importante que la población conozca) es cuando ocurre el período de agravamiento y aparece la complicación fundamental que es la extravasación del plasma, líquido de la sangre que se escapa hacia un tercer espacio, como consecuencia se reduce el volumen sanguíneo, y eso es lo que origina el llamado Choque.
Todo ello va precedido de signos de alarma que anuncian la gravedad del paciente, entre los cuales se encuentran los vómitos reiterados, una astenia marcada, desmayos, somnolencia, irritabilidad (sobre todo cuando se trata de niños pequeños) y un dolor abdominal intenso y mantenido. Esto último las personas lo asocian con la gastritis que producen los antipiréticos y a menudo los cirujanos lo confunden con otras afecciones quirúrgicas, por lo que en ocasiones los enfermos de dengue terminan en un quirófano.
¿Son susceptibles a ser infestados por el dengue quienes ya lo han padecido alguna vez?
Existen cuatro serotipos de dengue, es decir en la práctica es como si fueran cuatro virus diferentes. Por lo tanto, si alguien padece una infección previa eso no significa que esté exento de presentar una segunda, una tercera o una cuarta.
La agravante es que cuando se tiene un contagio secuencial entonces este puede resultar más grave debido a un fenómeno patogénico llamado inmunoamplificación, donde los anticuerpos hacen que la infección se produzca con mayor severidad.
¿Los adultos mayores o con padecimientos crónicos tienen mayores posibilidades de contraer el virus?
Nosotros les llamamos condiciones especiales asociadas a la infección por dengue. Entre estas se encuentran las edades extremas, desde los niños hasta las personas de la tercera edad, etapa en que resultan frecuentes las enfermedades crónicas, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial.
¿Hay algún medicamento específico para tratar el dengue?
No hay un medicamento específico. Durante la etapa febril la hidratación es básica, con caldos, jugos, leche, refrescos y, por supuesto, agua. Además, es fundamental el reposo absoluto.
En cuanto a determinados fármacos que las personas puedan tomar de manera habitual recomendamos, por ejemplo, dejar de consumir la aspirina y los hipotensores, pues cuando ocurre la extravasación de líquidos, y con posterioridad el Choque, entonces estos medicamentos entorpecen la recuperación.
Los epilépticos, en cambio, sí deben continuar tomando los anticonvulsionantes, porque cualquier situación de estrés puede desencadenar una crisis.
¿Es posible evitar la gravedad?
El paciente con dengue al final de la etapa febril va a tener una fuga de plasma, eso va a reducir el volumen de la sangre. No obstante, si el médico lo detecta, interpretando adecuadamente los signos de alarma, empieza a reponer esas pérdidas y, por lo tanto, el paciente no llega al Choque, por lo tanto no se pone grave, ni muere. Casi siempre los casos que llegan a la gravedad son porque no se manejaron de forma adecuada.
Como especialista, ¿cuáles serían sus recomendaciones?
Es importante que la población conozca los síntomas y los signos de esta enfermedad, pues resulta determinante su participación en el autocuidado. Hay un momento de la enfermedad que —aun cuando se apliquen terapéuticas adecuadas— ya no es posible recuperar al paciente. Por ello, acudir lo más tempranamente posible es una necesidad.
Existe el concepto de que la mayoría de los casos de dengue no se complican, ni agravan, ¡eso es verdad! Sin embargo, una pequeña cantidad sí desarrollan las formas graves y pueden morir. Nuestro trabajo como médicos es evitar que eso ocurra.
*Junto al zica, el chikungunya y la fiebre amarilla
[box title=»La actualidad del dengue en las Américas» box_color=»#f9bf7d»]El dengue continúa siendo un problema de salud pública en la región de las Américas a pesar de los esfuerzos de los Estados para contenerlo y mitigar el impacto de las epidemias. Es una enfermedad infecciosa sistémica y dinámica. Puede cursar en forma asintomática o expresarse con un espectro clínico amplio que incluye las expresiones graves y las no graves. Reportes de la OPS/OMS dan cuenta que hasta el 9 de agosto del presente año la enfermedad supera los dos millones de casos en la región (incluidas 723 defunciones), la mayoría de ellos en Brasil.
Los países de las Américas que más casos sospechosos de dengue reportan hasta el 11 de agosto son:
-Brasil 1 millón 747 mil 528 casos, 485 fallecidos
-Colombia 70 mil 968 casos, 35 fallecidos
-Nicaragua 67 mil 381 casos, 10 fallecidos
-México 39 mil 301 casos, 20 fallecidos
-Honduras 32 mil 553 casos, 82 fallecidos. Es la epidemia más grande en la historia de ese país, con más de 80 fallecidos la mayoría menores de 15 años.
-Venezuela 19 mil 17 casos, 24 fallecidos y
-Guatemala 12 mil 36 casos, 34 fallecidos. [/box]