No por su antigüedad pierde una propuesta el atractivo si esta resulta desconocida. Este es el caso de Selfie y Dale Lengua!!!, dos exhibiciones que se presentan en el Taller de Serigrafía René Portocarrero, sito en Cuba 513, entre Teniente Rey y Muralla, La Habana Vieja, y cuyo objetivo es “rescatar la tradición del cartel serigráfico, que tuvo su apogeo en los años 60 y 70 del siglo pasado con el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic). Se trata de un arte que busca alcanzar la importancia y el protagonismo de antaño, lo que de cierta manera ha perdido por problemas de presupuesto y porque la promoción se ha desplazado a otros espacios, principalmente online”, según explicó a Trabajadores Yenela Miranda, especialista curadora del centro.
Basta atravesar el lobby del taller ―abierto de lunes a viernes, entre las 9:00 a.m. y las 3:00 p.m.― para deleitarse con la primera de las muestras mencionadas, originalmente montada en el marco de la XIII Bienal de La Habana. El proyecto constituye un acercamiento al fenómeno de la inserción cubana dentro de las dinámicas de comunicación actuales, el desenvolvimiento de sus usuarios ―conquistadores tardíos― en las redes sociales y las connotaciones de estas últimas en relación a los internautas y la difusión de la información.
Por su parte, Dale Lengua!!! ―que estará activa hasta inicios de septiembre― formó parte de la Segunda Bienal de Diseño Habana 2019 y está constituida por obras de 35×35 cm realizadas a tres colores como máximo. Para su ejecución, cada uno de los 20 diseñadores gráficos participantes ―entre ellos Claudio Sotolongo, Nelson Ponce y Eric Silva― ilustraron una palabra y una frase identitarias del lenguaje popular cubano. Si bien no están representados todos los cubanismos existentes, sí se reflejan los más conocidos y representativos.
Desde que se imprimiera el primer cartel de la Revolución ―realizado por Eladio Rivadulla Martínez― el centro sentaba las bases para el acercamiento hacia el diseño gráfico que lo caracterizó desde sus inicios, a pesar de que su labor fundamental radica en la reproducción de obras de artistas de la plástica, como es el caso de Alfredo Sosabravo (Premio Nacional de Artes Plásticas 1997) y, por supuesto, del autor que le otorgó su nombre.
Fundado en 1983 para promocionar las artes plásticas en Cuba, hacer proyectos de decoración y difundir la producción artística de ese momento proveniente tanto nacional como internacional, el Taller René Portocarrero ha enriquecido su labor con el desarrollo, desde hace aproximadamente una década, de una serie de proyectos a partir de las ideas curatoriales de las bienales habaneras que han resultado en exhibiciones de carteles.
Asimismo, como derivación del Festival del Cartel se expone la muestra CACA en el taller, que abarca hasta 40 piezas. Dicho evento es realizado en diciembre por el Club de Amigos del Cartel (CACA), como iniciativa para agrupar a las personas que realizan y disfrutan de dicha manifestación. Para participar, los diseñadores acuden con las obras que realizaron en los últimos 12 meses, y mediante votación se determina el mejor trabajo y el mejor artista del año. De esta manera se incentiva la producción del cartel, se integra a los creadores jóvenes y se propicia el intercambio con artistas de mayor trayectoria.