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Guatemala: ¿retorno a tiempos pasados?

En la segunda vuelta de unos comicios caracterizados por un alto abstencionismo, apatía, escepticismo popular, denuncias de corrupción administrativa y una severa crisis económica, el controvertido candidato del partido Vamos, Alejandro Giammattei, resultó electo nuevo presidente de la República de Guatemala.

 

Alejandro Giammattei, nuevo presidente de la República de Guatemala. Foto: BBC Mundo

Su menguada victoria electoral, tras varios fallidos intentos de asumir la jefatura del Estado, no logra despejar los augurios hechos por analistas de una posible vuelta a logubres tiempos pasados, en los que la oligarquía nacional, los políticos ultraconservadores, los mandos militares y caciques locales, determinaban el aciago destino de la pequeña nación centroamericana.

Médico de profesión, Giammattei tiene una larga carrera política, con altas y bajas, luces y sombras, y participó como candidato de diferentes partidos en tres elecciones presidenciales anteriores sin alcanzar el triunfo.

Tiempo atrás ocupó diversos cargos en organizaciones y empresas del sector público y privado, como en la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Cuerpo de Bomberos Municipales, la Empresa Municipal de Agua o el Tribunal Supremo Electoral, y se vio involucrado en uno de los sucesos más sonados y polémicos de su trayectoria política, acaecidos en la Granja Penal Pavón, mientras se desempeñaba al frente del sistema penitenciario guatemalteco entre los años 2005 y el 2007.

Durante su campaña electoral se pronunció por la creación de un Consejo de Seguridad o la reactivación de la pena de muerte para hacer frente al crimen y el narcotráfico con “mano dura”, y aseguró estar contra el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Sin embargo, la extrema pobreza, la crítica y alarmante desnutrición infantil, el alto desempleo, la precariedad de los servicios de educación y salud pública, las desigualdades sociales, el desfalco al erario público y otras formas de latrocinio serán algunos de los mayores retos a enfrentar por Giammattei, que asumirá su cargo el 14 de enero del año 2020.

Según estadísticas de la  Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala, los niveles de desnutrición crónica en Guatemala son iguales a los de Yemen, donde a finales del año pasado ya habían muerto por esa causa 85 mil niños.

Esta realidad es aún más dramática entre los niños indígenas, los que la desnutrición crónica afecta en el 58 % y coloca a Guatemala, según la PDH, en el primer puesto en todo el mundo.

Aunque su programa de Gobierno no ha definido todas las prioridades económicas, el flamante mandatario guatemalteco propone crear lo que denominó como un muro de inversión en la frontera con México, para frenar la migración.

Este es un tema muy espinoso y neurálgico de las relaciones entre Estados Unidos y Guatemala, que tiene ante sí y no podrá obviar Giammattei, tras la firma de su predecesor, Jimmy Morales, de un polémico acuerdo con Washington, concebido por el presidente  Donald Trump y sus asesores en la Casa Blanca, para que la nación del quetzal actúe como el tercer país más seguro para migrantes que soliciten asilo en tierras norteamericanas.

Acuerdo, cuyas cláusulas han suscitado el rechazo y grandes manifestaciones de protestas de la población por considerarlo lesivo a los intereses nacionales.

Solo el futuro inmediato podrá despejar tantas incertidumbres y expectativas acerca del rumbo que tomará el nuevo Gobierno de la República de Guatemala.

 

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