Lima.- La mañana del 10 de agosto del 2019 fue bien diferente a la vivida hace ocho años en Guadalajara. En aquel entonces, Arlenis Sierra era una desconocida dentro del ciclismo, su novio Leandro Marcos no pensaba ni siquiera con el primer beso y Perú estaba lejos en su camino. Ocho años más tarde, se coronó campeona en la ruta panamericana como una consagrada, la primera llamada que recibió fue de su pareja y los pobladores de Perú le regalaron un coro inolvidable: “Arlenis, Perú te quiere de regreso”.
Claro que la historia bien contada empezó desde las nueve de la mañana, cuando 36 pedalistas de 16 países tomaron la arrancada en un circuito de 16 kilómetros, al que le darían cinco vueltas. El Malecón de Costa Verde parecía un sitio perfecto para correr, al borde unas colinas de casi 50 metros y un viento muy leve que hacía presagiar promedios de velocidad altos.
Arlenis era la figura más temible por sus rivales. Sabían que la espina del último campeonato panamericano en Pachuca aún le quedaba por dentro, pues la altura mexicana había jugado una mala pasada. Ahora, junto a Iraida García y Yumari González era una tríada fenomenal para controlar el grupo, evitar escapadas y atacar en el final. Alguna que otra escaramuza en el pequeño ascenso del circuito no era descartable. Y sucedieron, pero sin grandes complicaciones.
Desde La Habana, Leandro Marcos seguía por Cubadebate la carrera casi en vivo, pues no tenía transmisión televisiva -increíblemente-, una de las pruebas más emocionantes del ciclismo. Cuando leyó que el pelotón seguía compacto faltando unos 10 kilómetros para completar el recorrido solo pensó: “esto es de ella, solo de ella”.
Y así quedó el escenario listo para los últimos metros. Arlenis no se desesperó, saltó a 200 metros de la meta con un sprint por la derecha de la carretera. La trinitaria Teniel Campbell la conectó de inmediato junto a la mexicana Lizbeth Salazar, pero la cubana era una furia, un destello sobre el asfalto, una campeona en pos de recuperar su trono, una ciclista consciente de su liderazgo y que disfruta como pocos correr sobre un caballo de acero.
Arlenis se empinó más duro. Leandro calculaba por la hora que ya tenía que estar cruzando la raya de sentencia. “Ojalá una imagen conserve ese momento”, le dijo a su padre Héctor Marcos. Arlenis más y más fuerte. EL público peruano coreaba su nombre a partir de la narración del locutor oficial. Arlenis cruza, pasa su rueda delantera y levanta los brazos. Así había sido también hace ochos años. Era la única coincidencia. Leandro Marcos la llamó dos minutos más tarde para felicitarla y el llanto ahogó la primera felicitación.
“Hay mucha diferencia entre Guadalajara y esto, pero estoy feliz de haber cumplido con Cuba. Sigo quedándome con aquella medalla como de las más importantes en mi carrera, pero ya esta tiene un componente afectivo muy lindo, pues había ganado el bronce en el ómnium y me quedé fuera de las primeras en la contrarreloj por un desperfecto técnico”, dijo agitada todavía.
“Agradezco el apoyo de todos, de los que están aquí y los que la disfrutaron en Cuba. A mis compañeras de equipo, a mi entrenador Leonel Álvarez y hasta a Heidy Praderas, quien no corrió, pero desde afuera me dio siempre ánimos y es una gran amiga”, dedicó su éxito la manzanillera, aunque con especial interés se lo ofrendó a su familia y a su novio, que antes de irse de Lima estaba más nervioso que ella.
Sin embargo, lo más emotivo estaba reservado para la ceremonia de premiación. Lejos de ser un acto protocolar, más de 200 personas coreaban su nombre y le pedían fotos y autógrafos. Risas, alegría y hasta unas palabras lograron sacarle a la segunda bicampeona de la ruta en la historia de Juegos Panamericanos. “Gracias a todos por este cariño. Es la primera vez que vengo a Perú y me voy feliz, por el oro y por ustedes”.
Resultados oficiales
1.- Arlenis Sierra (CUB) 2:19:49
2.- Teniel Campbell (TRI) 2:19:50
3.- Lizbeth Salazar (MEX) 2:19:50
Las otras cubanas quedaron novena Yumari González y duodécima Iraida García.
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