Lima.- Jorge Félix Álvarez es uno de los pocos cubanos que celebra triple por estos días en la capital peruana. Su triunfo en el tiro rápido a 25 metros llegó acompañado del boleto olímpico a Tokyo y de su cumpleaños 30 este 3 de agosto. En la final hizo el uno-dos junto a su compañero Leuris Pupo, el ídolo que lo llevara a practicar este deporte desde los 12 años.
“Cuando vi que tenía la clasificación olímpica bajé la tensión. Ya no importaba si ganaba yo o ganaba Pupo. Desde hace mucho tiempo, nos veníamos preparando para esta competencia. Agradezco el apoyo del INDER, de mis amigos y de mi familia. Fueron decisivos en los últimos meses, sobre todo desde que salimos a una base de entrenamiento aquí, en Perú”.
Vimos a Pupo hacerte una señal en un momento de la final…
“Cuando quedamos tres tiradores y se confirmó mi plaza olímpica, él tuvo un gesto que nunca olvidaré. En lugar de concentrarse en su serie de disparo, se viró y me hizo una señal de felicitación. Lo agradecí y significó una emoción grande porque siempre quise ser como él, con su humildad y talento incalculable”.
¿Y el abrazo posterior con él y tu entrenador?
“Era mi gratitud hacia ambos. A lo mucho que he aprendido de ellos. Meinardo es un entrenador fuera de serie. A los dos de debo todo lo que sé de este deporte. Poco a poco me han ido puliendo como tirador y como persona. Hay que ser agradecido y por eso lo primero que hice fue abrazarlos. Era una felicidad compartida, porque habíamos logrado el objetivo por el que vinimos a Lima”.
¿El Cotorro, tu mamá, los nervios?
“Por supuesto, esta medalla se la dedico a mi gente del Cotorro que tantas muestras de cariño me han dado. Pero no puedo dejar de mencionar también a mi mamá, que me llevó por vez primera al campo de tiro. Los nervios siempre traicionan, más en la final, pero pude controlarlos solo cuando me sentí con el boleto olímpico”.
Ingeniero informático y tirador: ¿una relación feliz?
“Me costó trabajo cuando empecé en la carrera. Porque casi no tenía tiempo libre para estudiar, tanto fue así que los resultados académicos bajaron en los primeros años, pero luego me adapté y busqué el ritmo para entrenar y estudiar. Una vez graduado, le dedico más tiempo al deporte, pero algún día volveré a la informática, porque tiene que ver mucho con mis sueños”.
A este pistolero de oro lo veremos en Tokyo. Y una nueva entrevista quizás sea otro pretexto para afinar más su puntería.