Desde horas tempranas del 30 de julio comenzó en la Ciudad Héroe el tributo a quienes ofrendaron su vida por la libertad de la patria, en ocasión de conmemorarse este martes el Día de los Mártires de la Revolución.
Al filo de las siete de la mañana fueron depositadas sendas ofrendas florales a nombre del pueblo de Cuba en la intercepción de San Germán y Callejón del Muro, donde fueran masacrados por esbirros de la dictadura batistiana, el 30 de julio de 1957, Frank País García, líder del movimiento clandestino, y Raúl Pujol Arencibia, su compañero de lucha.
Del mismo modo, no muy lejos de allí, en la Placita de los mártires —parque al que acudían los revolucionarios clandestinos a conspirar contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista— también se colocó una ofrenda a título del pueblo junto al obelisco que recuerda a aquellos valerosos combatientes.
El sitio fue espacio ideal para hacerle entrega a un grupo de santiagueras y santiagueros del carné de la Unión de Jóvenes Comunistas y del Partido Comunista de Cuba.
La mañana de este martes estuvo igualmente marcada por el homenaje a otros mártires de la Revolución, cuyos restos descansan en el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, en la ciudad de Santiago de Cuba.
Allí se colocaron ofrendas ante el retablo de los mártires del 26 de julio de 1953 y junto a las tumbas de la familia País García, los hermanos Díaz, Raúl Pujol y René Ramos Latour.
Cada uno de estos momentos de homenaje estuvo encabezado por Beatriz Jhonson Urrutia, vicepresidenta del Consejo de Estado y presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, además de otros dirigentes políticos y gubernamentales de Santiago de Cuba.
Al filo de las cuatro de la tarde, como es tradicional, se realizará una peregrinación desde el parque de Céspedes hasta el cementerio patrimonial de Santa Ifigenia, tal y como sucedió 62 años atrás, cuando en espontánea muestra de duelo el pueblo santiaguero acompañó por las calles de la ciudad el féretro de Frank y Pujol.