El presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien arribó este domingo a Caracas para participar en la clausura del XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo (FSP), dedicó sus primeras palabras al Comandante Hugo Chávez Frías, el Hijo de América quien “cumplió hoy 65 años en la eternidad”, declaró.
Al invocarlo recordó aquellas palabras de Fidel Castro Ruz del 14 de diciembre del 2004, en el acto de condecoración al líder venezolano con la Orden Carlos Manuel de Céspedes, donde lo ubicó, junto a Simón Bolívar y a José Martí, en la batalla por la Patria grande:
“Hace mucho tiempo —dijo entonces Fidel— albergo igualmente la más profunda convicción de que, cuando la crisis llega, los líderes surgen. Así surgió Bolívar cuando la ocupación de España por Napoleón y la imposición de un rey extranjero crearon las condiciones propicias para la independencia de las colonias españolas en este hemisferio. Así surgió Martí, cuando llegó la hora propicia para el estallido de la Revolución independentista en Cuba. Así surgió Chávez, cuando la terrible situación social y humana en Venezuela y América Latina determinaba que el momento de luchar por la segunda y verdadera independencia había llegado.”
¿Qué tiene en común Bolívar, Martí, Fidel y Chávez que siempre que nos convocamos a pensar, nos sentimos obligados a citarlos y a beber de sus respectivos legados?, se preguntó Díaz-Canel.
Nuestra América, respondería Martí, quien la nombró así para distinguirla de la América imperial que nos despreció y nos desprecia; más ahora como lo prueba el muro descomunal que se proyecta en la frontera sur, el maltrato a los migrantes, la (ley) Helms-Burton, la persecución financiera y la imposición arbitraria de aranceles a países de la región, la suspensión de ayudas al desarrollo, el bloqueo y la guerra sucia contra Cuba y Venezuela, entre otros actos de maldad sin límites.
Pero esa maldad de empequeñece cuando se reúne Nuestra América —enfatizó— particularmente ante “el diverso, plural y aportador mundo de los líderes y activistas progresistas y de los activistas sociales latinoamericanos y caribeños que desde los oscuros años 90 del siglo pasado decidieron construir este espacio unitario de la izquierda viva y actuante”.
Recordó el sueño de Bolívar: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en América Latina la más grande Nación del Mundo, menos por su extensión y riquezas que por su libertad y gloria”.
El Libertador también nos legó otra idea fundamental: “La unidad lo hace todo, y por lo mismo, debemos conservar este precioso principio”, —significó.
José Martí, que tuvo al Libertador como inspiración y guía —aseguró el Presidente cubano— fue el gran arquitecto y constructor de la unidad que faltaba en la pelea cubana por su independencia. Aunque murió sin ver el triunfo, en su última carta, denunció las intenciones de los Estados Unidos se apoderarse de las Antillas y caer “con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”.
De Bolívar y de Martí nutren Fidel y Chávez el ideario de nuestras Revoluciones: unidad e integración fueron sus grandes obsesiones y deben ser también las nuestras, —insistió.
Conozco que también son esas las obsesiones del Foro de Sao Paulo, nacido de la necesidad de articulación de los partidos políticos y movimientos populares de izquierda de nuestra región para confrontar al imperialismo y a la derecha neoliberal, hábiles en actuar bien coordinados para destruir mediante métodos antidemocráticos, golpes de Estado, criminalización de líderes progresistas, fraude y manipulación de datos, todo cuánto construyamos en favor de la verdadera democracia y la justicia social.
Según Díaz-Canel, el Consenso de Nuestra América, documento programático en el XXIII Encuentro del FSP (Managua, Nicaragua, 2017), y textos similares, “dan fe de esas preocupaciones” y de que “la crítica y la autocrítica, indispensables para avanzar, han cristalizado en la dinamización que ha experimentado el Foro en los últimos años frente a la creciente ofensiva neoliberal y las grandes arremetidas imperiales”.
Destacó las singulares coincidencias de la historia en el mes de julio: Nace Simón Bolívar, Libertador de América; se firma el acta de independencia de Venezuela; la Generación del Centenario de José Martí asalta en Cuba los cuarteles militares de Bayamo y Santiago para reiniciar la Revolución Cubana; triunfa la Revolución Sandinista y nace Hugo Chávez Frías.
Aquí estamos para acompañar la heroica resistencia venezolana y reclamar el fin del cerco brutal que le han impuesto. Venezuela es hoy la primera trinchera de la lucha antimperialista.
El Foro nos convoca—destacó— a condenar el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos a Cuba; a apoyar la rebeldía del pueblo boricua que más de 100 años de colonia yanqui no han podido enterrar; a rechazar los escandalosos actos del imperio contra familiares de inmigrantes, particularmente contra sus niñas y niños, maltratados, abusados, privados de su dignidad y los más elementales derechos.
Díaz-Canel destacó que el FSP, “con preocupaciones latiendo en forma de indignación acumulada”, está llamado a desempeñar un rol mucho más protagónico en el complejo escenario político actual.
La contraofensiva del imperialismo yanqui y la oligarquía, junto a los halcones que literalmente se han apropiado de la política exterior estadounidense hacia América Latina y el Caribe, están enrareciendo peligrosamente espacio geográfico que la Celac declaró Zona de Paz.
En su análisis crítico al proceder de algunas fuerzas políticas en la región, el presidente cubano alertó que “los pueblos se avergüenzan de los políticos lacayos a los que el imperio usa a conveniencia y luego desecha con total desprecio”; e insistió en que la división entre las fuerzas de izquierda fragmenta y debilita la voluntad de actuar unidos; así como la falta de programas estratégicos obliga a descartar como alternativa viable algunos proyectos de izquierda.
Recordó que la Revolución Cubana partió de “la temprana comprensión del carácter estratégico de la unidad en torno a los objetivos fundamentales de justicia social en estrecha alianza con el pueblo, sus necesidades y problemas” y que “nos toca dar y recibir experiencias sin pretender que se repita el error del calco y la copia que tan costoso resultó en períodos históricos anteriores”.
“Justamente para salvar los sueños y esperanzas narró— al derrumbarse la experiencia socialista europea, fue creado por Fidel (Castro Ruz) y Lula (da Silva) este Foro de articulación de fuerzas progresistas que basa su acción en lo que nos une y no en lo que nos separa. Ambos líderes nos dejaron un valioso instrumento de concertación y unidad en la diversidad. Fidel no está físicamente — recordó— pero su extraordinaria obra lo ha sobrevivido. Lula, preso bajos falsos cargos y escandalosas trampas jurídicas, es el ejemplo de hasta dónde pueden llegar los enemigos de la izquierda”.
Lo hicieron todo para evitar la llegada de Lula. Hoy su liberación es uno de los grandes desafíos para las fuerzas de la izquierda en la región, las movilizaciones no pueden cesar —reclamó— “Uno de nuestros fundadores permanece injustamente encarcelado y hay que poner fin a ese abuso”.
El foro es un mecanismo viable para contrarrestar los ataques de las fuerzas que quisieran hacer implosionar nuestra valiosísima alianza, dijo y explicó en referencia a la marcha que tuvo lugar el sábado que “por las calles de la mil veces asediada Caracas caminaron, en defensa de la heroica Revolución Bolivariana, líderes y activistas sociales de los cinco continentes al lado de los legítimos representantes del pueblo venezolano”.
Pero esa marcha no la difundieron los principales medios que han hecho creer al planeta que el Estado venezolano no tiene seguidores en su tierra, denunció y pidió ratificar, una vez más, el respaldo de todos los presentes al Gobierno de Nicolás Maduro Moros y la solidaridad con la unión cívico militar “que ha hecho fracasar, tantas veces, los peores planes del enemigo”.
“La paz en Venezuela es equivalente a la paz en toda la región, respaldarla es enfrentar decididamente a la doctrina Monroe y a la escalada imperialista. Hoy es contra Venezuela, Cuba y Nicaragua, mañana será contra otros y al final irán contra todos.
Estados Unidos amenaza y calumnia a Cuba y a Venezuela, para no reconocer su fracaso en el intento por derrocar a la Revolución Bolivariana y tergiversa la altruista cooperación que aquí, y en más de 80 naciones, nuestro país ofrece. “Cuba no renunciara ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela”, enfatizó el dirigente cubano.
Tal como hizo en su discurso del pasado 26 de julio, en el acto oficial de conmemoración del 66 aniversario de los asaltos a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo, Díaz-Canel denunció que “el cerco se cierra cada vez más contra Cuba, Venezuela, Nicaragua y cualquier otra nación que se niega a aceptar el plan imperial”.
“La administración de los Estados Unidos ha comenzado a actuar con mayor agresividad para impedir la llegada de combustible a Cuba —manifestó—, nos quieren cortar la luz, el agua y hasta aire para arrancarnos concesiones políticas. No se esconden para hacerlo, declaran públicamente los fondos destinados a la subversión dentro de Cuba, inventan pretextos para reincorporarnos a sus listas espurias para usarlas como pretexto para recrudecer el bloqueo.
“En el colmo del cinismo apelan al chantaje. Ignorantes de la historia y de los principios de la política exterior de la Revolución Cubana, nos proponen una negociación a cambio de que abandonemos el curso escogido por nuestro pueblo. Nos sugieren echar al cesto de la basura 60 años de dignidad y ante eso Cuba dice: No señores imperialistas, no nos entendemos”.
Acerca de los intentos recientes por boicotear la celebración del XXV Encuentro del FSP, el líder cubano declaró que “estamos aquí y estaremos porque es otra vez la hora de los hornos y no se ha de ver más que la luz de la unidad, ese gran legado que nos dejaron nuestros próceres, de Bolívar a Martí, Fidel y Chávez”.
Calificó de insultante la reacción de la derecha frente al FSP: “Han inventado todo tipo de leyendas e insultos. Ellos, reyes de la conspiración, acusan a los participantes en el Foro de lo que practican a diario contra nuestros pueblos. Les debe doler que estos líderes de la izquierda, difamados, perseguidos, amordazados, con tantos compañeros asesinados y desparecidos, se atrevan a desafiar el mandato imperial de callar y tener miedo”.
“No hay misterios, ni conspiración, ni planes de agresión e injerencia, ni nunca los ha habido en los casi 30 años del Foro, en eso es experto el imperialismo y las oligarquías nacionales tan temerosas del pueblo que inventan causas falsas para encarcelar a los líderes populares”, denunció.
“Nadie se esconde para venir a esta cita por la paz y la soberanía de los pueblos, porque no hay obra más noble ni que demande más sacrificios que la batalla por los ideales que mueven a las izquierdas del mundo”.
Reclamó “articular la resistencia al neoliberalismo en nuestras respectivas estrategias comunicacionales. Crear y alimentar las redes de la verdad frente a la ofensiva de la mentira. Las nuevas generaciones interactúan de modo natural y dinámico en esos ámbitos que hoy usan con perversas ambiciones las fuerzas que nos adversan”.
Reconoció que no hay mejor homenaje a la memoria viva de ese “extraordinario comunicador” que fue Chávez, que la existencia de un movimiento progresista, de izquierda, democrático y diverso como los partidos y movimientos políticos que integran este Foro, “desatando la creatividad sin límites de los pueblos para hacer su propio relato de la historia en la lucha común por la justicia”.
Casi al concluir volvió a referirse con respeto al Comandante bolivariano: “Los pueblos de Latinoamérica y el mundo hemos venido a celebrar tu nacimiento donde reposan tus restos. Tu poderoso ideal está más vivo que siempre en tu querida Patria y en todos los rincones del mundo que tocó tu apasionada palabra”.
Cada vez que avanzamos un tramo en las conquistas de Cuba por su desarrollo, decimos ¡Y vamos por más! Igual sentimiento nos anima hoy al valorar las potencialidades de esta magnífica fuerza que somos. Actuando unidos y articulados. ¡Marchemos siempre por más! ¡Hasta la victoria siempre!, concluyó.
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