Lima.- Es más fácil defender que conquistar, sobre todo si la furia que se enciende en el pecho impulsa ese deseo. Cuba hizo realidad lo anterior este viernes en el complejo deportivo que acoge el torneo de voleibol de playa de los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Tenía la pareja de Sergio González y Luis Enrique Reyes una tarea de gigantes, resguardar su honor y quebrar una muralla nombrada Oscar Brandao y Thiago Dealtry, de Brasil. El trabajo se cumplió sobre todo porque estos muchachos son miembros de una especie excelente: la de los bravos.
Lucharon y de qué manera. Alentados por una grada que a ratos los hizo sentirse muy cerca de casa. Los parciales de 16-21, 21-14 y 18-16 demuestran que fue una guerra sin sangre. Su proeza hizo olvidar la derrota inicial contra Uruguay y disparó su moral de cara a lo que se avecina.
Luego del formidable éxito ambos jugadores expresaron su complacencia. El capitán Sergio afirmó que limar los detalles y estudiar al rival fueron puntos claves en la satisfacción “Sacamos conclusiones luego de los partidos de miércoles y jueves. Era necesario conversar, buscar soluciones y encontrar las debilidades de los brasileños, que son muy difíciles de derrotar”.
“Vinimos a Lima 2019 en busca de un lugar en el podio. Paso a paso sin apurarnos. Somos aguerridos y nunca nos rendimos. Esas son dos de nuestras fortalezas. Hoy fue un choque especial. Ganar el 26 de julio tiene mucha significación, es un día importante para los cubanos y nosotros les dimos una alegría”, enfatizó.
Por su parte Luis Enrique agradeció la oportunidad de defender a Cuba en una cita Panamericana. “Son mis primeros Juegos. Siento mucho orgullo de estar aquí junto a Sergio, de quien aprendo en cada partido. Ahora a descansar y prepararnos para el juego que viene”.
Este sábado el dúo cubano retará en la próxima fase de la contienda a los dominicanos Alex Medina y William Sánchez a partir de las 11 y 30 de la mañana.
