Lima.- Mijaín López sonrió con la bandera ondeando en su mano derecha y le allanó el camino de la delegación cubana en la ceremonia de inauguración de los XVIII Juegos Panamericanos de Lima 2019.
En la alfombra del Estadio Nacional, ánimo y responsabilidad se leyeron en los rostros de los criollos, y no podía ser de otra manera sobre todo porque el 26 de julio siempre tiene una significación especial para los cubanos.
Las bajas temperaturas no impidieron que las sonrisas y la habitual gestualidad que nos acompañan, inundaran por algunos minutos el ambiente de las gradas, pobladas por más de 30 mil personas que saben el nivel de prestancia que le otorga nuestra delegación a la justa continental.
A partir de este sábado las jornadas competitivas serán de sana rivalidad y fraternidad con los atletas de los otros 40 países convocados. Varias y particulares metas guardan en sus alforjas los cubanos, sin embargo, brillan con especial significación exhibir sus valores morales y competitivos.
Durante la ceremonia de inauguración en la que estuvo presente Thomas Bacha, titular del Comité Olímpico Internacional, Martín Vizcarra, Presidente del Perú, afirmó en su discurso de bienvenida, que era «una gran alegría ser los anfitriones de un evento que une a los pueblos de América».
Por su parte, Carlos Neuhaus, Presidente del Comité Organizador, dijo que la lid movilizará a los peruanos como nunca antes, ya que se ha logrado un proyecto deportivo grande y dinámico.
Neven Ilic, Presidente de Panam Sports, resaltó la importancia que tendrá para el Perú la organización de los Juegos, justa que marcará un antes y un después para la nación andina. También felicitó a los voluntarios, cuya calidez permitirá que el visitante se sienta como en casa; y a los atletas, a quienes exhortó a competir a plenitud.
El estandarte de Panam Sports lo trasladaron los karatecas Akio Tamashiro y Gladys Eusebio, el boxeador Luis Minamy, los atletas Roberto Abugattás y Raúl Pacheco, el judoca Carlos Zegarra y Mónica Liyau de tenis de mesa. Una vez izada, la karateca Alexandra Grande leyó el juramento de los atletas, que expresó la firme idea de respetar las reglas con espíritu deportivo, para gloria del deporte.
La antorcha la guiaron glorias del deporte peruano. La ex voleibolista Cecilia Thait la llevó hasta la cima del simbólico Nevado Pariacaca, donde como un sol iluminó la noche. Su inmensidad se aprovechó asimismo para realizar durante la velada un recorrido visual por la historia de los Juegos y proyectar con vivos colores fabulosas leyendas locales.
La gala cultural nombrada “Alucina Perú” regaló un excelente espectáculo donde se hizo alusión a la rica historia del país, y donde naturaleza y cultura se dieron de la mano. Danzas autóctonas, reconocidas bandas, coreografías, bailarines, músicos y acróbatas hicieron valer con sus destrezas lo que lo organizadores anunciaron “Vamos a mover corazones”. Sin dudas lo lograron. Incluyendo el de los visitantes.
La fiesta concluyó con la música del popular cantante boricua Luis Fonsi, quien regaló varios de sus muchos éxitos, entre ellos el mundialmente conocido Despacito.