“Hacer de cada día un 26, de cada mes un Julio, de cada compromiso un Moncada”, esa fue la frase mágica que unió en un fin a los villaclareños hace cerca de dos décadas, para lograr obtener la sede del Día de la Rebeldía Nacional y que hoy Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, recordó en sus palabras en el acto por la efeméride en Granma.
Esa frase, casi un poema, porque en ella se encierra la poesía de la Revolución, que nació en la clarinada de la Santa Ana, sirvió de talismán para encontrar el extra que necesitaba el pueblo de la provincia de Villa Clara para estar en la vanguardia del país; fue impulso, savia, energía, néctar para hallar motivaciones.
Corrían los años 1999 y 2000, el territorio tenía resultados relevantes, quedábamos en la punta de aquella emulación por la sede del 26 de Julio, pero no lográbamos el triunfo. El pueblo necesitaba un 26, algo que desde la década de los setenta no se lograba. Entonces, como bastón para sostener el ímpetu de un pueblo enardecido en el trabajo creador, para seguir guerreando en la batalla, surge esta frase.
Díaz-Canel fue dando los argumentos, poco a poco en cada intervención iba enriqueciendo el concepto; engrandecía y volvía contemporánea aquella idea entrañable y fidelista de que Siempre es 26. Sobre esta frase histórica, en Villa Clara, se gestaba la nuestra.
No tengo duda de que nació luego de muchas horas de pensamiento, partió de la inspiración de Díaz-Canel, en aquel tiempo primer secretario del Partido en el territorio, alguien que ha empleado la poesía y la cultura como arma de combate. Recuerdo que en cada una de sus intervenciones iba dando la explicación de lo que se buscaba, del objetivo que queríamos lograr; englobaba todo un concepto que era poseer la visión de la importancia de Villa Clara en 26, de cómo construir y luchar, y aquella frase iba naciendo, se iba gestando. El pueblo la fue haciendo suya y perdió la autoría personal para convertirse en frase colectiva.
Después la historia demostró que hubo muchos 26 para Villa Clara, resultó una fuerza casi imparable con la que se construyó el Pedraplén Caibarién Cayo Santa María y el inicio del desarrollo turístico de esa zona; se impulsó la ciencia, se lograron cifras históricas de mortalidad infantil y materna, se cumplió y avanzó en la zafra azucarera y los programas agropecuarios, así como en los nuevos programas de la Revolución: trabajadores sociales, instructores de arte…
Esa frase era la esencia de un concepto para trabajar y hacer bien la obra cotidiana hasta el más mínimo detalle. Nunca se dijo vacía de contenido; llevó siempre la realización concreta y la necesidad del impulso a continuar y crear obras. Es que cuando una frase es verdadera, cuando detrás va la historia de muchos de los que construyen y fundan, cuando en ella se une el esfuerzo y la entrega por un fin colectivo, se enraíza, cala hondo; nada, ni el tiempo, casi ya dos décadas, ni los cambios necesarios, la borran; queda siempre en el subconsciente.
Hoy, minutos después de que Díaz-Canel la trajera al presente, la escuché en la voz de un custodio, en la de una cocinera y una maestra, mis vecinos. Antes, lo confieso, yo la iba repitiendo junto a él desde el televisor. Está tatuada en mí y no lo sabía, me sorprendió entre mis recuerdos emotivos y fui feliz al sentir que está ahí, muy cerca de mis afectos en el lado izquierdo del pecho, hagámosla de Cuba: “Hagamos de cada día un 26, de cada mes un Julio de cada compromiso un Moncada”.
q lindo, Pituca, recuerdo aquellos tiempos con mucha satisfacción