López fue un combatiente, organizador y luchador incansable por la unidad de la clase obrera, y comprendió muy pronto la necesidad de agrupar a los trabajadores en una organización clasista independiente y unitaria para luchar por sus demandas.
Desde muy joven fue uno de los promotores y dirigentes de la Asociación de Tipógrafos y, más tarde, fundó junto a un grupo de compañeros de lucha, la Federación Obrera de La Habana y la Confederación Nacional Obrera de Cuba, organización precursora de la hoy Central de Trabajadores de Cuba (CTC).
Los trabajadores gráficos recordaron al sobresaliente revolucionario y antiimperialista en matutinos, asambleas y otras actividades programadas en los centros laborales, en las que se dio lectura a una síntesis biográfica.
En las lecturas de tabaquerías, los hombres y mujeres de estas ramas conocieron de los vínculos del Alfredo López Arencibia con el líder estudiantil Julio Antonio Mella y el destacado militante comunista Carlos Baliño, quienes lo respaldaron en la batalla por la defensa de los intereses de su clase.