Donde la calle Obrapía se cruza con Mercaderes y San Ignacio, justo en el número 157, en La Habana Vieja, está emplazado el Museo Casa de África, centro indispensable para el mejor conocimiento y estudio de las influencias de la cultura africana en Cuba; institución que recientemente acogió la exposición del artista visual Andrés Duménigo Castillo, titulada Del pincel al grabado: Elegguá.
La religión afrocubana y específicamente lo referido a sus orishas, alrededor de los cuales se articulan las piezas en exhibición, creadas a partir de técnicas como la pintura de caballete y el grabado, con las que el autor se propuso “brindarle al espectador el sincretismo religioso desde sus inicios, y cómo el esclavo africano tuvo que buscar similitud en los santos católicos para poder realizar sus ritos y practicar sus creencias”.
Como parte de las variadas propuestas que este centro amparado por la Oficina del Historiador de La Habana ha orquestado para la actual temporada estival, Del pincel al grabado… se mantendrá en cartelera durante todo el mes de julio para sintonizar con ese público deseoso de ahondar en sus ascendentes y referir las diferentes prácticas, historias y ceremonias de esos que llegaron, con su cultura y tradiciones, para quedarse. Así, con Elegguá, hilo conductor que hilvana y glorifica el lugar irrefutable que merece la cultura africana dentro del acervo cultural cubano, Duménigo reclama su proverbial riqueza e importancia.
