Sin miedos, el balonmano masculino cubano buscará el cuerpo a cuerpo en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Su intención no se reduce a una simple bravuconería. La disputa se anuncia como un obstáculo enorme, dada la inteligencia táctica, la fuerza mental y la dinamita en ataque y defensa que presentarán los rivales.
Vive una nueva primavera este deporte. La reinserción de jugadores que abandonaron el país, y hoy juegan en importantes ligas europeas, más el talento que se forma en la Mayor de las Antillas y que ya se enrola en lides del Viejo Continente, le ha dado alas a una selección que aspira a volar lejos y con mucha fuerza.
Esta nueva historia comenzó a tomar impulso el pasado año cuando la Federación Cubana de conjunto con las autoridades pertinentes, dieron luz verde a una idea que reclamaban muchos. Aglutinar a toda nuestra artillería.
La primera prueba se advertía algo difícil, triunfar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla. A la misión la escoltaban varias interrogantes. ¿La más enigmática?, como se engranarían los jóvenes con los avezados legionarios.
Para feliz sorpresa de la mayoría de los especialistas, el grupo se comportó como una banda de hermanos a los cuales les bastó una chispa mínima para entrar en combustión, y liberar a la bestia competitiva que habita en su interior.
Se activó el convoy y repartió metralla de la buena. Tan sólido fue su plomo que derritió el blindaje de Puerto Rico, que se anunciaba como el rival de mayor colmillo. Al final la medalla de oro adornó los pechos de los criollos y encendió las alarmas del resto de los rivales en el continente.
El 2019 comenzó para el balonmano masculino de la nación con un solo presente, continuar creciendo. En su bitácora de navegación aparecieron anotados varios ejercicios de supervivencia. El más significativo, el Campeonato Mundial para Naciones Emergentes, categoría Sub-24.
La brega aconteció en Georgia ante rivales de alma guerrera. Sin embargo, en un soberbio ejercicio de dominio y bravura se alcanzó una presea de plata, cuyo valor se equipara a las joyas de mayor brillo.
¿Lo duda? Si es así le recuerdo que a pesar de que no fue la lid de mayor nivel de ese deporte, se presentaron en esta un puñado de naciones en voraz crecimiento y que en el venidero ciclo olímpico, podrían asaltar las cumbres del primer nivel mundial. Entre ellas está Cuba, cuya cólera competitiva anuncia tormentas para muchos en el futuro.
Los Juegos de Lima 2019 deben brindar partidazos. Brasil, Argentina y Chile participantes en el mundial de primera categoría parten como lógicos favoritos si asisten con sus selecciones de lujo. A ello se debería sumar los Estados Unidos, que en los últimos certámenes ha presentado credenciales de cuidado.
Las notas conclusivas de esta nueva empresa nos llegarán los primeros días de agosto cuando el torneo de los Juegos Panamericanos haya llegado a su fin. De aquí y hasta la fecha habrá tiempo para seguir conjeturando sobre un deporte que no rehúye la tormenta.
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