Las históricas páginas de la esgrima cubana la componen gestas, sueños, conquistas y decepciones. Esas últimas, luego de algunos años, han sido desterradas de su rutina gracias a dos seguras municiones, el compromiso y la tenacidad.
Es cierto que en el ya lejano siglo XX nuestros esgrimistas tocaron el cielo competitivo. Medallas en Juegos Olímpicos y Campeonatos Mundiales, así como infinidad de títulos en diversos certámenes regionales, les permitieron ganar la categoría formidable de potencia universal.
Tiempo después diversos factores azotaron su realidad para convertir a esa disciplina en rehén de su pasado glorioso. Felizmente un puñado de incansables especialistas desenvainó empeños y conocimientos, y hoy todas las armas muestran un progreso visible.
Nada ejemplifica mejor este despertar que la proeza acuñada en los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, donde la escuadra criolla presidió la contienda, escudada en un accionar que frustró las ambiciones de equipos con mayor rodaje.
En suelo colombiano se capturaron siete medallas de oro, cuatro individuales y tres por equipos. Para algunos especialistas fue una de las actuaciones más sorprendentes de la delegación patria, pues antes del inicio de la justa solo se les pronosticaba tres asaltos al trono.
La formidable actuación no fue obra de la casualidad. Paso a paso, quienes esculpen a nuestros mosqueteros han encaminado a una generación, que humildemente se ha ido puliendo técnicamente, y de la que se espera en el futuro más de una estocada de gloria.
Hace pocos días la esgrima cubana se apoderó del premio mayor por colectivos en el concurso de espada masculina del Campeonato Panamericano, que se desarrolló en Canadá. La faena se completó con el tercer lugar de Yunior Reytor en el apartado individual.
Superar en predios norteños a conjuntos que podrían ser rivales directos en los Juegos de Lima 2019, fue una señal positiva que ratificó el buen quehacer. Ello no garantizará que en tierras peruanas se alcance una cota similar a la de Barranquilla 2018, pues el metraje de los adversarios debe crecer algunos centímetros.
Aun así, nuestros aceros asumirán el compromiso sabiendo que toda recompensa que se alcance se agradecerá. Cuba tiene bien definidos sus objetivos para Lima 2019. La esgrima será uno de los deportes en los que se podrá confiar. Varios son los argumentos que le honran. ¿El más fiable? Que siempre sus sueños tienen filo.