Con la concertación de la voluntad de jefes de Estado y Gobierno de más de 50 países africanos dispuestos a hacer avanzar el desarrollo potencial de la economía del continente, culminó en Niamey, capital de Níger, la XII Conferencia Cumbre Extraordinaria de la Unión Africana (UA).
Inaugurada por el presidente de Níger, Mahamadou Issoufou, el primer y fundamental acuerdo del cónclave fue la constitución y aprobación de la Zona de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA) —por sus siglas en inglés)—, que entrará en vigor en el 2020 y abarcará un mercado de mil 200 millones de probables consumidores de esta vasta región que, según sus precursores, la convertirá en la más grande del mundo.
El tema económico ocupó centralmente los debates de la XII sesión extraordinaria de la magna cita, referido al comercio regional, la eliminación gradual de sus aranceles, la salvaguarda contra el ilegal contrabando y la competencia desleal, sin dejar de tomar en cuenta la modernización de la agricultura, la educación, la salud y las nuevas tecnologías.
A la vez, los líderes africanos prestaron principal atención a las amenazas del terrorismo y sus estragos en diversos países del continente.
En la sesión inaugural del encuentro, Nigeria y Benin hicieron pública su adhesión al Acuerdo del AfCFTA, no así Eritrea.
La Cumbre dejó constancia de los ingentes esfuerzos de la Unión Africana en el desarrollo sostenido de todo el continente, que comprende una población de mil 200 millones de habitantes y muestra un producto interior bruto de 2,5 billones de dólares.
Sucesora, y a la vez renovadora de los objetivos y principios de su precedente, la Organización de la Unión Africana (OUA) —Adís Abeba, 1963—, la UA fue constituida oficialmente en Durban, el 9 de julio del 2002, y ha ido ampliando y consolidando su radio de acción en las esferas económica, política y social.
Ha sido también eficaz mediadora de paz en los graves conflictos armados, fronterizos, étnicos, tribales o de carácter religioso, que convulsionan a un grupo de sus 55 países miembros.
Punto cardinal de su accionar es el de contribuir a la integración socioeconómica y política de un continente preterido, expoliado durante siglos por las potencias colonialistas, así como lograr un desarrollo estable propio, erradicar los altos índices de extrema pobreza que asolan a grandes sectores de su población, y mejorar sus condiciones de vida.
Factores que no se corresponden con las fabulosas riquezas naturales de esta importante región del mundo que, en gran medida, financió el progreso económico e industrial de las naciones occidentales.