Por Fabio M. Quintero, Daniel Reyes y Fabio Valdés, estudiantes de Periodismo
Las vigas de acero estremecen. Istven Román corta un pase filtrado. Vibran las voces de los aficionados con una proyección de Idalis Ortiz. Los 3 mil 840 asientos son insuficientes para tanto público que contempla un tackle de Yandro Quintana. Una mezcla de emoción y calor inunda el lugar, traspasa los altos ventanales de la fachada y recorre Prado. Es el templo de la actividad física en La Habana.
Eligio Sardinas decía “el boxeo soy yo” y la Sala Kid Chocolate (SKC) era el deporte en sí misma. La instalación fue el lugar de formación de grandes atletas cubanos y la casa de la lucha, el balonmano, el futsal, el judo, el bádminton, entre otras disciplinas. Hoy se desborda el silencio. La polivalente está en ruinas y espera ser convertida en un complejo hotelero. La riqueza deportiva cambiará por riqueza turística.
Un mimético traslado
Trabajadores y profesores de la SKC se sienten molestos por la situación. “No nos dieron explicación”, comentan algunos, contrario a lo declarado por la vicepresidenta del gobierno de La Habana (VER RECUADRO). De un día para otro tuvieron que irse de su centro laboral y trasladarse a la Polivalente Ramón Fonst. Sin embargo, la dirección provincial del deporte conocía desde tiempos atrás el tema.
“Era una medida que estaba tomada. Se venía estudiando desde hace tres años. Planteé una serie de argumentos para no perderla, pero como parte de la política social y económica, el Estado se la pidió al Inder para la construcción de un hotel. En el 2018 se tomó la decisión definitiva. En el centro de la capital hay inversiones turísticas y no pega una instalación de este tipo”, explica José Martínez Cedeño, máximo representante del deporte habanero.
Alexis Valdés Domech lleva 46 años dedicados a la cultura física y cinco como director de la SKC. Su visión es más precisa: “Oficialmente me comunicaron en noviembre del 2018 que teníamos que irnos; pero el ‘ruido’ estaba hacía rato. El domingo 2 de diciembre tuve una reunión con Cedeño, en la cual me dijo que el gobierno le había informado que comenzaba la desinversión de la Sala. Debíamos sacar todo lo que teníamos y trasladarlo para la Fonst”.
Por su parte, Porfirio González, subdirector de eventos de la SKC, aclara que “los propios trabajadores empezaron a desarmar las oficinas, el colchón de lucha y el de judo. En esa mudanza ayudó un camión de la provincia que vino dos o tres veces, pero no alcanzaba.
“Entonces tuvimos que resolver con gestiones propias. Todavía hay cosas de la SKC que no se han traído porque nos cansamos de pagarlo de nuestro bolsillo y pedir favores”, dijo.
Ha sido un golpe muy duro para casi un centenar de trabajadores. “No contaron con nadie. Llevaba 15 años en la SKC y el colectivo tenía sentido de pertenencia. Además, aquí no hay condiciones. Nos están dando lo que la dirección del centro puede”, comenta Lázaro Pérez Morales, jefe de Mantenimiento, en las afueras de la Fonst.
Asimismo, Eduardo Alfonso González, jefe de Cuadros, explica que los trabajadores no tienen almuerzos. Varios empleados han pedido la baja y reclaman la explicación de un organismo superior, pues no les basta con las que ha transmitido el director de la SKC. La realidad del hecho es que hay deportes entrenando en cemento y la mudanza completa de los implementos deportivos se terminó en marzo, con la ayuda de los padres de los deportistas.
El personal ha fusionado en tono de broma los nombres originales y hablan hoy de la “Chocofonst”. Y nada más serio que eso se vislumbra en el final del camino, porque no tiene sentido dos unidades presupuestadas trabajando en el mismo lugar y con idénticas funciones. Eso sin contar la reubicación de algunos trabajadores.
“Las condiciones las hemos ido creando. No dieron locales en desuso y se contrató una brigada para arreglar los baños y gimnasios, pintar y poner duchas. Hay un presupuesto que está por aprobarse para arreglar la bolera y reactivar el comedor”, explica Valdés Domech.
Aunque Cedeño considera que se necesita reajustar horarios para los entrenamientos y las competencias en la Fonst, su director, Isidro Paterson, opina que “no hay condiciones para todos los deportes aunque se han restablecido y ubicado la mayoría”. Abunda también acerca de cuestiones logísticas: “aquí no hay agua en ningún lugar y los arreglos se están haciendo desde el 2017”, comenta mientras recuerda que en dos inspecciones sanitarias de febrero y marzo declararon la Sala no apta para dar eventos.
En tan complicado panorama una pregunta más cabría: ¿Qué papel ha desempeñado el sindicato del lugar, municipal, provincial y nacional de este sector en la resolución de las afectaciones que ha implicado esta mudanza?
Cuando nos deshacemos de una casa…
Para la mayoría de los entrevistados el desarrollo de varios deportes en la capital se verá perjudicado con el desmantelamiento de la SKC. Cedeño no lo considera así: “El futsal no tiene afectación, y la lucha y el judo se beneficiarán”. Domech opina que el primero sí es uno de los más dañados, lo que comparte también Fredie Herrera, entrenador del equipo Habana, quien no esconde su tristeza pues considera la SKC como la madre de este deporte.
“No tuvimos sede para entrenar por varios meses. Siempre hemos tenidos campeonatos provinciales y se suspendió el torneo juvenil. Esta disciplina gusta mucho. Solo en mayo se nos buscó una opción para entrenar en la Fonst”, añade el espigado técnico.
Paterson en cambio, manifiesta su preocupación por jugarlo en el tabloncillo que se reparó. “El balón puede romper un cristal. Los aros modernos de baloncesto que fueron donados es difícil estarlos corriendo porque eso ha provocado ya un deterioro”.
Porfirio, también entrenador de futsal, recalca lo lamentable de haber “perdido el tabloncillo de la SKC. Lo picaron con motosierra y no tiene arreglo porque ni siquiera se puede aprovechar en otro lugar. Era el mejor que había en Cuba para este deporte”.
Asimismo, el balonmano es otro de los lastimados pues pierde la sede de todos sus eventos y el lugar idóneo para el entrenamiento del conjunto principal. Ahora solo pueden practicar en el Cerro Pelado, donde hay dificultades con el tabloncillo.
“Nos sentimos tristes porque era una instalación donde se realizaban varias competencias nacionales”, asegura Niurkis Mora, portera de la formación cubana. Su compañera de escuadra Shaquira Robert manifiesta su sentir por la demolición de la SKC ya que ahí se hacían también justas entre los combinados deportivos. “Ahí inicié mi trayectoria como deportista. Era también la casa del balonmano”.
Al igual que las otras dos modalidades, el judo se encuentra en una situación crítica porque el lugar habilitado en la Fonst no cuenta con las mínimas condiciones y sufre de inundaciones cuando llueve. “No tenemos pesas, el colchón está en el piso prácticamente y aunque se ha mejorado algo todavía no es lo ideal”, afirma el judoca Joel Erasmo.
El Maestro Internacional Néstor Veliz, de 65 años, entrenador de ajedrez por más de 10 años en la SKC, precisó: “Nunca he visto una Sala más mala que esta, no hay ni baño, es un laberinto”.
Patrimonio convertido en arena
Al decir del director provincial de deporte: “Cedimos el espacio en beneficio del pueblo y tenemos que ganar en recuperar instalaciones”, sin embargo, la población solo tiene palabras desaprobatorias ante lo sucedido con la SKC, pues no se sustituyó por otro espacio, lo cual debe repensarse aunque sea fuera de La Habana Vieja y Centro Habana, ya que en la capital solo hay dos salas polideportivas hoy.
Para Israel Muñoz, vecino de la zona, desaparecer la SKC es una derrota, pues tiene su propia historia, por la que han pasado muchas figuras. Además, algunos quedarán desamparados, por ejemplo, los boxeadores, ubicados en un local en la calle Amistad, donde no están creadas las condiciones necesarias.
Carlos Manuel Tamayo es otro habanero afligido por la demolición y cree que se perderá una de las salas con más tradición del país.
En este sentido, Domech no esconde su malestar por esta situación. “Me duele cuando paso por ahí. Vi nacer esa instalación porque fui el primer director del Complejo de Piscinas Baraguá. El sentido de pertenencia, la responsabilidad y el amor al deporte son las razones de mi vida. Siempre pensé que nos iban a dar un lugar o que se iba hacer otra sala polivalente porque cada vez perdemos más instalaciones y la SKC trabajaba de lunes a lunes. Después del estadio Latinoamericano era la instalación que más recaudaba”.
¿Era factible para el deporte cubano deshacerse de una sala donde, a la vez que se formaban atletas, se realizaban campeonatos nacionales juveniles y de mayores, así como eventos internacionales de un gran número de disciplinas? ¿La Fonst puede verdaderamente asumir algo para lo que originalmente no fue diseñada?
La SKC era también patrimonio material de la actividad del músculo en Cuba y había calado en el imaginario de deportistas, público y trabajadores, tríada perjudicada por una decisión…¿bien sopesada?
Hoy la sala es un sitio lóbrego, un paraíso de escombros, polvo y madera quebrada. En lo que llega la construcción turística un peligro epidemiológico está ahora presente en el lugar (mosquitos, roedores, etc.), que las autoridades sanitarias no deberían subestimar.
Eligio Sardinas nació para ser recordado. La memoria de uno de los grandes pugilistas de Cuba debe quedar reflejada en piedra, enmarcada en un sitio donde cada día su leyenda se multiplique. El valor simbólico de su nombre no puede correr la misma suerte de la SKC y convertirse en arena. Como recordara uno de los entrevistados: “Se trata de Kid Chocolate, ¡un personaje que no podemos perder!”.
Respuesta por escrito de Tatiana Viera Hernández, vicepresidenta del gobierno de La Habana, quien prefirió esta vía ante la solicitud de una entrevista.
Le informo que en diciembre del 2018, nuestra Dirección Provincial de Deportes entregó oficialmente a la Dirección de ALMEST, la instalación que ocupaba la Sala Kid Chocolate, teniendo en cuenta que forma parte de las acciones del proceso de desarrollo económico e industrial de la capital en esta etapa. Se procedió entonces a realizar intercambios con los trabajadores para explicarles que serían reubicados en la Sala Ramón Fonst donde tiene lugar un proceso inversionista para ampliar los servicios que se prestan y solicitar al Ministerio de Economía y Planificación la respectiva modificación del alcance de sus actividades, momento actual en el que nos encontramos.
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