Con paciencia, rigor y sin alardes, Luis Manuel Lauret (+109 kg) levanta en los entrenamientos kilos que asustan. En cada ejercicio sus músculos se contraen. Su rostro se ilumina y muestra el carácter de quien no siente el peso de la responsabilidad de ser el Atlas que en el futuro inscriba a Cuba en los principales escenarios deportivos.
Entre sudores y aprovechando un descanso durante las acciones del XXXVIII Torneo Manuel Suárez in Memoriam, el talentoso halterista alentó el polvorín que late en su interior.
“Mi propósito más importante es lograr una medalla mundial y olímpica. Es un sueño para el que me preparo. Entregarme a los entrenamientos y asimilar las experiencias competitivas forma parte de mi día a día”.
Escribir hazañas requiere de tiempo y oportunidades, sin embargo, existen metas cuyo estambre no parece tan lejano. Los Juegos Panamericanos podrían ser una batalla que se dispute kilo a kilo.
“La preparación marcha bien. Próximamente saldremos a una base de entrenamiento en Mayabeque donde continuaremos perfilando nuestros objetivos”, aseveró mientras se hidrataba con ansias.
Retar a rivales de poderosos blindajes es el propósito de los competidores natos e intrépidos. Es su fiesta completa. El Torneo Manuel Suárez no colmó ese requisito.
“Es una lástima que no hayan venido los contrarios más poderosos en el área. Aun así la competencia sirve para pulir detalles y mantener el ritmo”.
La técnica es inseparable compañera si aspira a un matrimonio feliz en el alto rendimiento. “Continúo trabajando en la coordinación del clinc, pues en las últimas etapas he estado algo errático. Poco a poco noto la mejoría. Espero que en Lima todo fluya”.
Enfatiza que la falta de contrincantes en casa no frena su capacidad de superación. “Es cierto que prácticamente estoy solo en la categoría. Eso no me preocupa. Busco superarme todo el tiempo y enfoco la mira hacia los mejores del mundo, pues alcanzarlos es una meta que añoro”.
Lauret no rehúye los retos. Los asimila y ratifica que Lima 2019 será un pulso tenso y hermoso. Para plantar bandera se necesitará de muchos argumentos y ver cómo se desarrolla la trama. Todos desenvainarán sus particulares armas. Él tiene varias. Dos de sus preferidas tienen un filo peculiar. Se nombran agallas y corazón.